Reseña: A grandes males (César Pérez Gellida)

por Montse Martín
Publicada el 9 Ago, 2018
A grandes males

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Opinión personal

 

Parecía que no iba a llegar nunca pero, por fin, ya conocemos el desenlace de esta historia que se ha montado «el chico de Valladolid» en su cabeza para tenernos a todos a su merced durante casi once meses. Sí, todo ese tiempo ha pasado desde que empezó a hacernos sufrir con el secuestro de Marga y medio año desde que nos puso el corazón en un puño con la trata de blancas.

Porque eso sí, este muchachote es polivalente, lo mismo le da hablar del rapto de una adolescente desde todos los puntos de vista, como se monta un sarao con una secta de seudomasones que se hacen llamar los «hombres puros» (que ni pintao el nombre, oiga, porque menuda panda de cabrones).

Pues ya estamos aquí, con una novela que para mí no ha sido lo que esperaba, porque ni en mis mejores sueños (o peores pesadillas) podía imaginarme que César iba a ser tan valiente como para tirarse desde el trampolín, haciendo un triple salto mortal con tirabuzón, a una piscina vacía.

¿Que por qué digo esto? Porque esta novela es inetiquetable y no se puede encasillar en ningún sitio. Le he puesto thriller porque tiene muchísima tensión y el autor maneja la intriga como el gran maestro que es, pero nadie puede atreverse a meter en un género al uso a esta obra.

Gellida es rompedor, tiene una legión de fans, los gellidistas, entre los cuales me incluyo con mucho orgullo, y ha creado una nueva manera de hacer novela negra, el gellidismo.

Pero con la novela que hoy se publica ha dado un paso más y ha decidido romper con todos los moldes y estereotipos y se ha dedicado a escribir para disfrutar y para que nosotros disfrutemos.

Una apuesta muy arriesgada, porque muchos van a pensar que este no es el Gellida que conocemos y va a haber más de una comparación (odiosa, eso sí) con el megaselleriano Brown (que ya quisiera el americano servir para limpiarle los zapatos al de Pucela). Pero este tipo de novelas de «búsqueda» existen desde que el mundo es mundo, no son un invento de Dan, y César lo ha utilizado para poner un broche de oro a una trilogía magnífica.

Cuando hice el post de Sarna con gusto comenté que la tercera seguro que era merecedora de las 6 plumas (que ya sabéis que me cuesta mucho darlas). Y no suelo equivocarme cuando apuesto, siempre lo hago a caballo ganador.

Esta no va a ser una reseña como las que hago habitualmente, porque no quiero romper la magia ni la sorpresa. Y me voy a dedicar a explicaros por qué le he dado esas 6 plumas, ya que va a ser muy difícil que se las dé a un libro de estas características:

  • Porque me ha roto los esquemas y no ha tenido nada que ver con lo que esperaba. Pensaba que iba a ser una sucesión y resolución de los delitos cometidos por los hombres puros y… para nada.
  • Porque ha descompuesto y desordenado los mimbres de la novela negra clásica para entregarnos una novela que termina bebiendo de las fuentes más puras de ese género, aunque para ello haya destrozado todas mis ideas preconcebidas.
  • Ya iba siendo hora que alguien se atreviese a romper con los moldes del género y le añadiera ingredientes de otros, desde el de aventuras/acción, pasando por los tintes de la histórica hasta una historia de amor. Hay que tenerlos muy bien puestos para hacerlo. Me quito el sombrero ante ti, colega. Eres un valiente.
  • Y si ha sido valiente en ese sentido, lo ha sido más al tener los cojones de convertir a Sancho en un secundario, cuando es la estrella del universo Gellida. Y aun así, me ha tenido completamente enganchada y entregada.
  • Pero ha ido más allá, sabiendo que se va a enfrentar a las críticas de todos… y hasta aquí puedo leer.
  • Detesto con todas mis fuerzas que Dante aparezca en una novela y empiecen los círculos, porque me vuelvo completamente loca y desisto. Es algo que me supera y que saca lo peor de mí (y hay mucho más de lo que veis).  Pero César ha conseguido que logre enterarme de todo y que pueda ir siguiendo las pistas fácilmente, la mayor parte del libro sin esfuerzo por mi parte.
  • Consigue mantener la tensión en todo momento, sin que decaiga, con algunos giros narrativos maravillosos. Pero, además, se permite un desenlace apoteósico,  de los nos dejan pensando: ¿y este tío de dónde se ha escapado? ¿Cómo puede ser tan buen escritor y darme justamente lo que necesito?
  • Ha conseguido que me posicionase desde el primer momento del lado de un personaje, con el que me he ido encariñando cada vez más y más, para luego decirme: todo tuyo, bonita, eres boba, y no lo has visto venir. Un puñetazo en toda la boca de esos que duelen más en el orgullo que físicamente.
  • Porque cumple el pacto de no engañar al lector. Todas las pistas estaban ahí, delante de mí, y soy yo la que no las he visto. El autor en ningún momento se saca ni un conejo de la chistera ni un as de la manga. Están todas muy claras, pero nos pasan desapercibidas porque estamos pensando más allá.
  • Porque he dudado hasta de la duda, porque se ha encargado de ir adelantándome lo que iba a pasar y que esa escena tardara mucho en reanudarse. Y eso me gusta, mucho, aunque cuando estoy leyendo me acuerde de todo el santoral.
  • Porque se documenta exhaustivamente para sus novelas y no nos mete todo lo que ha aprendido con calzador. No nos abruma ni nos satura con datos, datos y más datos, como hace, por ejemplo, Brown, que necesita dieciocho páginas para describirnos cómo es el color de la túnica de una Virgen (pues azul, leches, de qué color va a ser).
  • Ha habido momentos en que no sabía cómo iba a resolver semejante quilombo, pero ha interiorizado tanto la forma de ser de los argentinos que ahora tenemos que hablarle de vos, aunque solamente sea porque la escena de Perito Moreno me ha puesto los pelos de punta y me ha provocado tal angustia que casi me tengo que tomar una tonelada de Orfidal.
  • Al principio he dicho que no creo que vuelva a darle nunca 6 plumas a un libro de este tipo. Pero es que esta novela es mucho más que «este tipo de novelas», porque te hace pensar. Porque César no ha hecho un thriller para que lo cerremos y ya está. Ha hecho una trilogía para que después de terminarla la reposemos y analicemos todo lo que nos ha contado, que ha sido demasiado para procesarlo nada más terminar de leer.
  • Y, sobre todo, porque me lo he pasado muy bien leyéndola y la he disfrutado mucho y eso, chicos, no tiene precio.

Resumiendo, que dice el Maestro: una novela negra atípica, con ingredientes de todos los géneros (desde el thriller al de aventuras, pasando por la histórica y con unos toques de la romántica), con una forma de sostener la tensión durante la obra que nos mantiene en vilo durante toda la lectura, con un magistral uso de la técnica de cortar los capítulos o las escenas adelantándonos lo que sucederá y dejarnos con dos palmos de narices esperando a que llegue el momento de continuar, con una ambientación fabulosa, con una documentación exhaustiva que se percibe pero que no nos  abruma y con un desenlace brutal para los que, como es mi caso, os guste la justicia poética, que nos hace preguntarnos cuando cerramos el libro: ¿cuándo podré leer el siguiente? Tengo mono de Gellida. ¡Hay que joderse! Un imperdible, sin ninguna duda.

 

males gélida

 

 

 

 

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Autor

 

César Pérez Gellida nació en Valladolid en 1974. Es Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid y máster en dirección comercial y marketing por la Cámara de Comercio de Valladolid. Ha desarrollado su carrera profesional en distintos puestos de dirección comercial, marketing y comunicación en empresas vinculadas con el mundo de las telecomunicaciones y la industria audiovisual hasta que, en 2011, decidió trasladarse con su familia a Madrid para dedicarse en exclusiva a su carrera de escritor.

César Pérez Gellida irrumpió con fuerza en el mundo editorial con Memento mori, que cosechó grandes éxitos tanto de ventas como de crítica y obtuvo el premio Racimo de literatura 2012.

Constituía la primera parte de la trilogía «Versos, canciones y trocitos de carne», que continuó con Dies irae y se cerró con Consummatum est y por la cual le fue otorgada la Medalla de Honor de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses 2014 como reconocimiento a su ardua labor de documentación.

En noviembre de 2014 le otorgaron el Premio Piñón de Oro como vallisoletano ilustre, y en marzo de 2015 apareció su cuarta novela, Khimera. Actualmente sigue escribiendo y colabora como columnista en El Norte de Castilla.

Con esta novela se cierra la trilogía «Refranes, canciones y rastros de sangre», compuesta, además por Sarna con gusto y Cuchillo de palo.

 

Datos del libro

 

 
Título A grandes males
Autor César Pérez Gellida
Editorial Suma
Primera edición 9 marzo 2017
Serie Refranes, canciones y rastros de sangre

 

 

 

 

 

 

Esta reseña se publicó originalmente el 9 de marzo de 2017 en el blog Con el alma prendida a los libros (ya cerrado). Como no quiero perder las entradas ni las sensaciones que me dejaron las novelas reseñadas allí, la recupero en esta web sin moverle ni una coma.

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