Opinión personal
¿Vosotros sabíais que en Galicia hay una «secta» de escritores? Porque yo lo sospechaba desde hace ya bastante tiempo, pero con Un fuego azul de Pedro Feijoo lo he confirmado y veo que tiene más tentáculos y ramificaciones de las que esperaba (ni los cárteles, oigan). Cuando reseñé a Ledicia dije que «las chicas eran gallegas»; ahora se suma un chico, y yo feliz.
Inma López Silva, Arantza Portabales, Ledicia Costas y, la nueva incorporación (para mí), Pedro Feijoo. Todos ellos han publicado primero las novelas (que han pasado por mis manos) en gallego y todos me han conquistado cuando he podido leerlas. Por favor, admitid a nuevos miembros, que me rechifla lo que hacéis y cómo contáis historias.
Pero lo mejor de todo es que gracias a Un fuego azul he podido hacer un pleno de tres novelas negrocriminales de 5 estrellas seguidas. Y eso es muy difícil en mi caso. En primer lugar, porque ya está todo inventado y apenas me sorprende nada. En segundo, porque que esta me haya abducido como lo ha hecho viniendo de leer una protagonizada por Milo Malart y El show de las marionetas era harto complicado.
Y lo ha conseguido y yo no puedo hacer otra cosa que darle las gracias por la historia que me (nos) ha regalado: una novela tan perturbadora como brillante, con unos personajes que son poliédricos y un final que es magistral.
Ya sé que hoy no es martes (porque los martes es cuando toca reseña en Escaparate Literario), pero no podía esperar hasta que llegara el próximo para contaros mis impresiones.
Vamos al lío, que es a lo que hemos venido:
¿Qué me ha gustado?
- Empiezo por el principio: entender por qué el libro se llama así me ha resultado espeluznante (y eso que la novela no anda escasa de escenas de ese tipo).
- Llegué a Un fuego azul leyendo la sinopsis en diagonal para hacer la entrada del adelanto trimestral de 2020, así que no tenía mucha idea de lo que me iba a encontrar (ya sabéis que cuando leo thriller, novela negra o cualquier gancho que decidan «colocar» yo lo pongo todo en cuarentena). Pues bien, pensaba que me iba a ser una historia de ancianitos torturados por algún perturbado… ¡Ingenua de mí, qué pedazo de sorpresa me he llevado! Qué gusto da pensar que la novela va a ir por unos derroteros y que sea todo lo contrario.
- Todos y cada uno de los temas tratados en la novela son tan duros como brutales, y caen sobre nosotros como mazazos. Pero son imprescindibles porque son los ejes alrededor de los cuales se articula toda la historia. Gracias a ellos realizamos una inmersión completa en la mente humana, un viaje sin fin a través de psiques enfermas (tanto literal como metafóricamente) y perturbadas, en las que habitan monstruos y otras que son monstruos en sí.
- El prólogo (aunque no es tal, pero está antes de la novela, así que lo tiene que ser por narices) nos pone en antecedentes, pero hasta bien entrada la historia no he atado los cabos suficientes para saber qué relación tenía con los casos.
- El ordenamiento temporal in media res me ha parecido todo un acierto. Y de esta técnica literaria ha partido al principio mi error, pensaba que iba a ser una cosa y ha resultado ser la opuesta completamente.
- Los títulos de los capítulos son muy oportunos, porque en muchos de ellos nos adelanta lo que va a pasar en ellos. Esas pequeñas prolepsis nos hacen querer saber más y nos impiden soltar la historia.
- La utilización de varios narradores diferentes, tanto en primera persona como una tercera equisciente, me ha permitido conocer el punto de vista de alguno de los torturados, del asesino, del policía a cargo de la investigación y de algunos personajes más (que omitiré por razones obvias).
- Estos cambios de punto de vista, que llevan aparejados los cambios de escenario y, en algunos casos, de tiempo, son los que convierten a la novela en un auténtico page-turner. Porque aunque el ritmo no es excesivamente rápido, me ha resultado imposible soltar el libro hasta que no lo he terminado.
- Lo bien que ha mantenido la tensión durante toda la novela gracias a esos recursos, porque aunque algunas situaciones son muy predecibles, consigue en algunos momentos, con algún giro, rompernos los esquemas.
- La inserción de capítulos del pasado narrados por protagonistas en primera persona para que conozcamos todo lo que sucedió: el qué, el cómo, el cuándo y el porqué; todos están perfectamente ensamblados en la novela y, como todo está fechado, en ningún momento nos perdemos.
- Lo bien que ha aprovechado esos diferentes saltos temporales no solo para que estemos al tanto de cómo ocurrió todo, también para mantener la tensión y construir una trama más compleja. Una trama que es una verdadera tela de araña milimétricamente diseñada.
- Y aunque no es una novela con un ritmo «frenético», lo parece porque cada cosa que vamos descubriendo es una barbaridad más grande que la anterior. Cuando ya creía que había llegado al tope de bestialidades, llegaba otra que la superaba. Me he pasado la segunda mitad de la novela diciendo «madre de Dios», que no es una expresión que yo emplee frecuentemente, pues si no la he dicho mil veces no la he dicho ninguna.
- Al autor no le ha temblado la mano describiendo, con una crudeza inusitada, escenas de torturas con pelos y señales, sin saltarse ni un detalle. Aplaudo su valentía porque esas escenas no son aptas para todos los estómagos. Pero, hacedme caso, no son descripciones gratuitas; la historia las pide a gritos. Desde aquí le agradezco que en uno de los temas tratados haya sido más exquisito, porque eso sí que no hubiese podido soportarlo si me lo hubiese narrado con todo lujo de detalles.
- Seguimos la investigación paso a paso, y se basa sobre todo en el análisis de datos (que a mí me gusta muchísimo), pero no ha creado a unos superpolicías; se equivocan, como todos, y les cuesta llegar a las conclusiones correctas.
- Los personajes, como ya he adelantado, son poliédricos, llenos de matices, de luces y de sombras. Tenemos buenos y tenemos malos, tenemos víctimas y tenemos verdugos, pero al principio nos cuesta saber quién es quién y de qué lado posicionarnos. Hay algo que quiero remarcar: apenas hay descripciones físicas, es como si de esa manera el autor quisiera «universalizar» tanto la bondad como la maldad, y que cualquiera puede convertirse en un monstruo. Mateo es el inspector encargado de la investigación; es uno de los narradores-personaje de la historia y es el que menos me ha llegado. No voy a mencionar a ninguno más, ni siquiera al que más me ha gustado de todos, porque cualquier detalle, por pequeño que sea, puede ser un destripe total.
- Muy lograda la ambientación y ese clima acompañando a las situaciones más tensas. También las descripciones de las torturas, de cómo es vivir en un pueblo de la «España profunda» y el poder que tiene el dinero para mantener las bocas de la gente cerradas por el miedo que provocan gracias a las redes clientelares que han entretejido. Además, como la parte presente se desarrolla en los días previos y posteriores a la Navidad, el contraste entre la alegría que se le presupone a esa festividad y lo que estamos leyendo es aún mayor.
- Pero, por encima de todo, cómo nos acerca al MAL, así, en mayúsculas, en estado puro. No hay una sola página que no destile maldad en cada palabra, bien sea en las descripciones de las torturas o bien cuando vamos descubriendo los motivos de esas salvajadas (una salvedad: el asesino se ha quedado corto; poco han sufrido). Porque la novela está poblada de monstruos, algunos reales, otros en la cabeza enferma de un asesino. Aquí nos encontramos con la más genuina manifestación de la maldad, una maldad que subyace en los propios seres humanos y que solo puede ser redimida y purificada con una catarsis.
- Aunque lo más duro de todo no es eso, sino pensar que ese MAL, esos monstruos, pueden estar en cualquier parte. Y sé que Un fuego azul es una obra de ficción, pero no me cabe ninguna duda de que esto ha podido pasar, que esta falta de escrúpulos, de corrupción, de amoralidad, de monstruosidad en definitiva, no es una invención y que, como en la novela, todos lo sabemos pero ninguno hacemos nada.
- El final me ha parecido sublime. Es maravilloso y, de todos los posibles, era el que yo deseaba. Y no hay nada que me guste más cuando leo que, además de «entretenerme» (lo entrecomillo porque en este caso he sufrido más que he disfrutado), me sirvan el bandeja el desenlace que esperaba.
Resumiendo, que dice el Maestro: Un fuego azul de Pedro Feijoo es una novela con una trama inteligente y brillante (maquiavélica, diría yo), en la que el autor ha hilado una compleja tela de araña en la que nos atrapa sin remedio, con el MAL planeando por todas y cada una de sus páginas, con un ritmo que no es excesivamente rápido pero con una intriga que nos mantiene enganchados desde el principio y un final apoteósico. Un libro intenso, brutal, que toca temas durísimos, narrados de una manera descarnada, cruda y realista. Hay tanto sufrimiento, tanto dolor y tanta maldad en sus páginas que, para conseguir entender esas mentes tan retorcidas y tan enfermas, debemos de involucrarnos tanto que el esfuerzo por comprender nos deja totalmente extenuados. Muy recomendable 5 ⭐️
Autor
Pedro Feijoo (Vigo, 1975) es licenciado en Filología Gallega por la Universidad de Santiago de Compostela.
Los hijos del mar (Os fillos do mar), su primera novela, fue finalista del prestigioso Premio Xerais de Novela 2011 y un auténtico fenómeno literario en Galicia a partir de su publicación en 2012.
Desde entonces Feijoo se dedica por completo a la escritura, ha publicado cinco libros más y se ha consolidado como uno de los escritores más leídos de Galicia.
Un fuego azul es su novela más reciente.
Datos del libro
Título | Un fuego azul |
Autor | Pedro Feijoo |
Editorial | Ediciones B |
Primera edición | 23 enero 2020 |
Letraherida.
Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros.
Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.
Carai, menudo libro planteas. Realmente tu reseña es tan entusiasta que dan muchas ganas de leerlo.
Me lo apunto en la lista de pendientes.
He leído el libro.
Me ha dejado impactado, incrédulo, sorprendido…
El Mal vive, está más vivo que nunca. Irremediablemente traslado la historia del abuso a la realidad y encaja a la perfección.
La novela me ha sacudido de tal manera que siento una dolorosa lástima por aquellos que han sido violentados de tantas formas y una frustración creciente de saber que sus victimarios siguen impunes.
Hola, Héctor:
A cualquiera con un poquito de sentimiento esta novela le sacude hasta los cimientos.
Es tan dura como real, pero ignorarlo es violentar de nuevo a las víctimas.
Un beso.
Darte las gracias por tus reseñas, como siempre leer libros recomendados por ti es un acierto, el libro me lo he bebido en dos días, Me ha removido como pocos libros, xo me ha parecido espectacular.Lo dicho, gracias por tus reseñas.
Hola, Maria:
Gracias a ti por fiarte de mi criterio.
Si te ha gustado este, creo que «El show de las marionetas» puede ser de tu agrado.
Un beso.
También ha caído… y gracias a ti también!!!???y puedo decir que me ha rechiflado!!
¡Cuánto me alegro, Maria, de acertar tanto contigo!
Puedes escribirme para cualquier cosa al correo de contacto.
Un beso.
Hola Montse, siguiendo tu recomendación también lo leí hace un tiempo y me encantó. A pesar de la dureza no podía dejar de leer, eso sí, con algún que otro suspiro para tomar aire después de esas descripciones tan reales.
Un saludo.