Reseña: La voz de la tierra (Alejandro Moreno Sánchez)

por Montse Martín
Publicada el 12 Jun, 2020
La voz de la tierra

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Opinión personal

 

 

Hace unas semanas, cuando se anunció el Premio Literario Amazon 2020, comenté por Twitter que me iba a leer novelas que participaran. Y lo estoy cumpliendo, aunque solo hayáis tenido mi opinión sobre lo que me pareció una de ellas.

 

 

Ya sabéis que jamás destrozaré a un autor novel en una reseña, pero eso no quita para que os comente que las otras cuatro que terminé me parecieron regulares (aunque la mayoría de ellas superan las treinta calificaciones de 5 estrellas en Amazon, algo que no termino de entender muy bien). También empecé muchas  otras y las abandoné porque no había por dónde cogerlas (benditas tarifas planas).

 

 

Mucho antes de esto, también mencioné (en esta web y en Twitter) que me iba a llevar por impulsos a la hora de elegir novelas, según el buen rollo que me trasmitiera el autor, porque ya sabéis que yo no reseño todo lo que, de una u otra manera, pasa por mis manos. Y este ha sido el caso de La voz de la tierra, la novela con la que Alejandro Moreno Sánchez opta al premio de Amazon.

 

 

Que también os digo que por buen rollo que me dé el autor, la novela tiene en contra que yo no soy muy de country noir (como se ha dado en denominar ahora a lo que no viene siendo otra cosa que una novela de género negro y criminal que se desarrolla en el medio rural; pero, oigan, que los anglicismos quedan de putísima madre, sobre todo a la hora de cargarse nuestro idioma. Ya hablaremos de este tema en otra ocasión, que hoy no tengo tiempo).

 

 

Posiblemente que este tipo de novelas no me llamen mucho la atención se deba al hostión que me pegué con Morir no es lo que más duele de Inés Plana, que fue una de mis grandes decepciones de 2018. Pero hace muy poquito N me subió La cordura del idiota de Marco Pariente, y aunque yo renegaba de una novela con tantos premios y ambientada en «medio del campo» decidí darle una oportunidad y quedé prendada de Toni Trinidad, un personaje enorme.

 

 

 

Y de la mano de Marto Pariente viene avalada esta novela que os traigo hoy, La voz de la tierra, en la que conocemos a Rubén, un pintor que ha ido cosechando fracasos a lo largo de su carrera artística y decide trasladarse al pueblo de sus abuelos para empezar desde cero. Y también conocemos a Ernesto, un niño que nos va contando cómo se siente tras la desaparición de su padre.

 

 

Cuando Rubén llega a Villar del Valle se topa con un entorno hostil. Por un lado, a los villareños no les hace gracia tener a un forastero paseando por sus calles; por otro, un terremoto saca a la luz una serie de secretos familiares, y algunos villareños tampoco están dispuestos a que se desentierre el pasado sin pagar un alto precio. 

 

 

¿Qué me ha gustado?

 

 

  • La portada, a pesar de que a mí no me gustan los tonos ocres (ni en las portadas ni en la vida en general; los colores del otoño, que a la mayoría os encantan, a mí no me llaman nada la atención), es una auténtica maravilla, porque es un estupendo reflejo de lo que nos vamos a encontrar en el interior.

 

 

  • El título, porque una vez que hemos terminado de leer la novela nos damos cuenta de que tiene varias interpretaciones posibles, y eso es un gran acierto.

 

 

  • El prólogo de Marto Pariente (ya sabes que me tienes entregada, querido Trinidad), que si se lee antes nos da una idea de lo que nos vamos a encontrar durante la lectura; pero si se lee después es un resumen perfecto de la novela. En él, como un personaje más, Marto nos describe lo que siente un forastero en Villar del Valle.

 

 

  • La estructura de la novela, dividida en cinco partes tituladas con el nombre de cada una de las fases del proceso de duelo (las protagonizadas por Ernesto), treinta y un capítulos y un epílogo (los que tienen como personaje principal a Rubén).

 

 

  • Los temas tratados en la novela, muchos y muy variados, algunos con una gran crítica social sin necesidad de estar mareando la perdiz y dándoles vueltas constantemente. El abandono, el dolor, la pérdida, la ambición, la venganza y, por encima de todo, la España vaciada y la manera en la que los gobiernos (todos, los locales, los autonómicos y el nacional) han dejado de preocuparse por los problemas que tienen las personas que residen en pueblos pequeños, que son los grandes olvidados de nuestro país: no pueden acudir al médico, no hay farmacias, no hay bancos… no tienen ningún servicio mínimo esencial como los tenemos los que vivimos en las grandes ciudades.

 

 

  • La alternancia de dos narradores: uno en primera persona con un narrador personaje (Rubén), que es el que lleva el mayor peso de la historia, junto con un narrador cuasi omniscinete en tercera persona, cuando da paso a la historia de Ernesto y durante el epílogo. Muy bien manejados ambos, algo en ocasiones difícil de conseguir cuando se mezclan.

 

 

  • La trama, con esas dos historias paralelas que terminan confluyendo con una facilidad pasmosa. Por un lado, la historia de Rubén y, por otro, la de Ernesto. Presente y pasado caminando en paralelo hasta que «la voz de la tierra» los hace converger. Además, aunque la de Rubén ocupe más páginas, las dos tienen la misma importancia en la novela y ninguna se come a la otra.

 

 

  • Lo bien que ha ido dosificando la información para mantener la intriga, que en este caso son secretos familiares ocultos desde hace muchísimos años. El suspense se mantiene gracias a esos secretos (muchos y muy variados). El autor muestra una gran destreza a la hora de dosificar la información por un lado, mientras que por el otro va dejando las suficientes perlitas como para que podamos hacernos nuestras propias composiciones de lugar.

 

 

  • Los personajes son todos muy humanos, con unos protagonistas muy bien perfilados. A Rubén le hubiese soltado un guantazo con la mano abierta en más de una ocasión, porque al principio es tonto hasta decir basta, tonto con avaricia; vamos, un tío que necesitaba darse un repaso al ático porque lo tiene sin amueblar. Ernesto es un niño que me hizo empatizar inmediatamente con él y con su dolor por el abandono de su padre. Y luego están los secundarios, como la madre de Ernesto o la madre y la abuela de Rubén. La primera es una tiparraca más mala que un dolor, con los mismos sentimientos que un calamar; rezuma odio por cada poro de su piel. Carmen, la madre de Rubén, no me ha terminado de convencer como persona (que sí como personaje), menos mal que esas carencias las ha compensado la abuela. Tenemos más, pero no os puedo hablar de ellos porque os destriparía la novela. Leed La voz de la tierra y conocedlos de primera mano, me lo agradeceréis.

 

 

  • La ambientación de la novela es magnífica. No solo por cómo ha descrito Alejandro la hostilidad de los habitantes de Villar del Valle hacia Rubén y su «odio» hacia todo lo que viene de fuera. También cómo la tierra se rebela, ruge y provoca un gran cataclismo. Y esa «sequedad» de los villareños se refleja muy bien en esa especie de paisaje desértico de la portada.

 

 

  • El final… qué final… aunque hubiese preferido que la novela terminase de otra manera, me parece un desenlace muy honesto y muy consecuente con el desarrollo de la trama. Últimamente estoy muy «especialita» con los finales (ya sé que alguno pensaréis que me van a tener que pedir opinión a mí para ver si me gusta o no y hacérmelo a medida), pero soy como soy y no voy a cambiar a estas alturas. Porque que yo hubiese preferido otro no quiere decir que el final sea malo (es más, jamás le bajo nota a ningún libro por ese motivo); aunque a mí no me termine de convencer del todo (idealista que es una en este caso), si es coherente con el discurrir de la historia me parece siempre perfecto.

 

 

Resumiendo, que dice el Maestro: La voz de la tierra es un country noir ambientado en un pueblo ficticio, con una trama compuesta por dos historias paralelas con la misma importancia, con un ritmo medio que va en aumento conforme avanzamos en la lectura, y un final acorde con la historia (que estoy segura de que a algunos les parecerá apoteósico, y a mí sin el epílogo también me lo hubiera parecido). Más que recomendable: 4,5 ⭐️.

 

 

Autor

 

Alejandro Moreno Sánchez (Crevillente, 1982) ¿Qué lleva a un ingeniero informático y lector tardío a querer meterse en el duro mundo de la escritura? ¿La fama? ¿El dinero?

Sí, fueron dos motivos, pero no esos. En primer lugar, el duro invierno en Alemania, donde reside desde 2011, y las tardes sin salir de casa. En segundo, una historia de esas de las que «alguien debería escribir una novela». Y puestos a hacerlo ¿por qué no él?

Empezó con pequeños relatos, con cursos de escritura y un con blog. Un tiempo después, casi sin darse cuenta, acabó escribiendo y publicando su primera novela: Volver (2018).

Continuó formándose, leyendo, escribiendo y abrió un nuevo blog dedicado al género que le apasiona: el negro y criminal. Desde entonces compagina la divulgación de sus conocimientos y experiencias con el género negro, tanto en su web como en su podcast, con la escritura de sus libros.

En junio de 2020 publica su segunda novela, La voz de la tierra, una historia de misterio y suspense ambientada en una pequeña población rural.

 

 

Datos del libro

 

 
Título La voz de la tierra
Autor Alejandro Moreno Sánchez
Editorial Autopublicado
Primera edición 9 junio 2020

 

 

 

Puedes encontrar a Montse Martín en Lector Cero. Si quieres un informe literario o una corrección de tu novela, puedes contactar con ella aquí.