Opinión personal
He de confesaros, porque a mí no me duelen prendas, que cuando vi La psicóloga preparando la entrada de las novedades me llamó poderosamente la atención. Además, tuve la suerte de que me la subió N el día que salió, así que me la descargué y empecé a leer.
Desde el principio vi que algo fallaba y fui a la página de la editorial a buscar información. Fue entonces cuando puse este tuit: «Creía que no me faltaba nada por ver, pero sí: «Impresionante. Impredecible. Inteligente. Original. Potente. Sorprendente. No has leído nada igual». Y sin despeinarse, oigan. Pues yo empecé el libro en cuestión ayer y no le encuentro la gracia».
Pero como a cabezona no me gana nadie, decidí que, a ratos perdidos (es decir, entre un libro y otro) iba a leerme la novela para reventar todos los clichés y frases hechas que mencionaba en el tuit. Me hubiese gustado equivocarme, pero no. Ha sido todavía peor de lo que esperaba.
Aquí voy a hacer un inciso: me gustaría saber quién decide qué libro se tiene que convertir en un éxito por lo civil o por lo criminal. Porque estoy hasta la mismísima punta del cuerno del unicornio de que me tomen por gilipollas. Ya he dicho que no me importa que me lo llamen, pero me enerva que se piensen que lo soy.
Y este es uno de los motivos por los que hoy traigo esta entrada, porque os juro que me da una pereza terrible perder el tiempo en desmontar un libro que no es peor porque es imposible.
Vamos al lío. La reseña de hoy va a ser más corta de lo habitual, pero lo justito para que os planteéis muy mucho si queréis invertir vuestro tiempo y vuestro dinero en semejante sinsentido. No hay nada que se salve, así que todo va al mismo apartado.
¿Qué «me» ha fallado?
- El título lo han puesto de gancho y como campaña de #Malketing (es así, no está mal escrito) no tiene precio. Porque pensamos que va a ser un domestic noir y un thriller psicológico y se queda en el intento: ni thriller ni investigación doméstica ni nada de nada. Un bluf.
- La sinopsis revienta cosas que suceden cuando llevamos un 75 % de la novela. Lo del destripe bien, ¿no? Uno de los giros de La psicóloga (y tiene muy pocos) está contado allí. Afortunadamente leo en diagonal cuando hago las entradas de novedades y lo he visto escribiendo la reseña. ¿Y después, con todo vuestro santo violín moreno, me pedís que no cuente el final? Pues ganas me dan, de verdad. Si no fuese porque yo respeto más a los lectores que vosotros, lo haría, porque es lo que os merecéis.
- En La psicóloga Helene Flood nos cuenta la historia de Sara, una psicóloga (obviamente) que se queda viuda. Pues ella ha llorado durante la novela lo mismito que yo cuando pierde el Madrid. Vamos a ver, querida Helene, ¿cómo es posible que se entere de que su marido ha sido asesinado y no se le mueva ni una pestaña? Ahí ya empezamos mal, porque si la protagonista tiene los mismos sentimientos que un calamar, a mí no me llega y no me transmite nada. Ojo, que yo no necesito empatizar con un personaje para que me parezca que es bueno, pero me tiene que provocar algo, aunque sea frío. Y Sara no lo hace en ningún momento.
- Vamos a ir desmontando algunas de las frases que han dicho sobre ella:
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- «Una voz real, original, escrita brillantemente, con mucha tensión… Lo que está realmente bien conseguido es la extraña sensación de ser vigilado y amenazado por alguien que no conocemos. Este terror lento y diario tiene la calidad de Hitchcock» (Christopher MacLehose, editor de Millennium, Dicker, Lemaître, Asa Larsson…). Con dos cojones y sin despeinarse. Hitchcock. Anda que ha mencionado un director de cine que lo conocen en su casa a la hora de comer. Pues el señor MacLehose y yo hemos debido de leer dos novelas diferentes, porque lo de «terror lento y diario» en mi novela ni está ni se espera que aparezca.
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- «No cuentes el final». Así termina el libro. ¿A quién se la ha ocurrido que alguien en su sano juicio y con sus facultades mentales en perfecto estado va a hacerlo? Pero si es lo único que se salva del libro (y ya iré a ese tema, que para el final también tengo). Me da que han querido hacer una campaña imitando a la de Jurado con Reina roja y Loba negra y se van a comer un colín (porque las comparaciones son odiosas, pero en este caso aún más). Pero lo peor de todo es que ellos SÍ se permiten CONTARNOS tres cuartos de novela en la sinopsis. Mezclando dos refranes: o follamos todos o rompemos la baraja. Vosotros veréis.
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- Toca el turno a la ristra de adjetivos: «Impresionante. Impredecible. Inteligente. Original. Potente. Sorprendente». Han cogido un diccionario y han dicho: vamos a buscar sinónimos si, total, son gratis. Ni es impresionante, ni es inteligente, ni es original, ni es potente, ni es sorprendente. Luego hablaré sobre la impredecibilidad.
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- Y ahora vamos con mi frase favorita: «No has leído nada igual». Afortunadamente, y espero no hacerlo en todo lo que me quede de vida lectora. Alma de cántaro, sí, tú, el que piensas que has escrito una frase genial: ¿lo crees en serio o es que algo tenías que decir y se te ha ocurrido esa estupidez? Que, como he dicho anteriormente, los lectores no somos imbéciles; haced el favor de respetar nuestra inteligencia (ya que no lo hacéis con la vuestra).
- La trama es muy simple, igual que la forma de escribir de la autora (esto último no es una crítica, porque para el tipo de novela que pretende ser esta, y que no consigue, es lo ideal). Se van intercalando capítulos en presente que siguen un hilo cronológico lineal, con algunos en pasado en los que conocemos la historia de la relación de Sara y Sigurd. Que también digo yo que cuándo coño van a dejar de utilizar la cursiva para indicarnos que se corta el presente de la historia, ¿no podéis utilizar otro tipo de letra?
- He echado de menos un poquito de investigación policial, pero tal y como están tratados los policías en la novela casi mejor que no lo haya hecho. No he visto un procedimiento peor llevado en toda mi vida lectora (y ya he pegado muchos tiros, he descubierto a muchos asesinos y he resuelto muchos crímenes).
- El uso de un narrador en primera persona es muy complicado si no has creado una historia realmente atrayente y con un personaje lo suficientemente potente como para que lo sustente todo. En este caso se puede jugar con las dudas del lector de si el narrador será o no fiable y si podemos confiar en él, pero de verdad que Sara tiene unas reacciones tan peregrinas y tan surrealistas, además de la misma inteligencia que una ameba, que es imposible creerse la historia y al personaje.
- La novela tiene un ritmo demasiado lento y, cuando parece que va a animarse un poco (tampoco mucho, no vayamos a tener un microinfarto), corta para intercalar un capítulo del pasado. Tenía la sensación de que, por mucho que leía, la historia no avanzaba.
- Imagino yo que la psicóloga protagonista será una especie de alter ego de la autora que, por lo que he podido ver en la biografía que he cogido de la página de la editorial, se dedica a lo mismo (por cierto, Planeta, ahora en un ratito os corrijo todas las faltas que tiene, que manda huevos el poco cuidado que ponéis en todo). Pero no se puede construir una novela solamente en torno a un personaje, como es el caso. Mientras estamos dudando entre si es un narrador fiable, si está loca de atar o si nos está engañando, no vamos mal; en cuanto descubrimos la verdad, la historia deja de tener aliciente, solo saber quién es el asesino de su marido, y para eso tenemos que llegar hasta la penúltima página. Los demás personajes los vemos a través de los ojos de Sara y están sin esbozar, son meras comparsas y planísimos; podemos intercambiarlos unos por otros y no nos daríamos cuenta.
- Hablaba antes del final impredecible. Pues sí, lo es, ni una pega le pongo. Pero solo podía hacer un triple salto mortal con tirabuzón para salvar los muebles y lo ha conseguido. Eso sí, mete la pata hasta el corvejón con la moralina. Porque la novela podría haber tenido una estrella más por un desenlace que no he visto venir, pero que lo basen en filosofía barata y las elecciones entre el bien y el mal, mal (y valga la redundancia).
Resumiendo, que dice el Maestro: La psicóloga de Helen Flood es la peor novela que voy a leer este año (lo afirmo categóricamente porque a mí no me pillan en otra), un quiero y no puedo con una trama simple y pobre, con un personaje protagonista que no da mucho de sí, un ritmo lentísimo (para lo que se presupone que es un thriller), sin tensión narrativa en ningún momento, y un desenlace imprevisible. Para olvidar: 1 ⭐️. Creo que es la primera vez que afirmo con esta rotundidad que no recomiendo una novela.
Autor
Helene Flood (1982) es psicóloga, se doctoró con una tesis sobre la violencia, la revictimización y la culpa postraumática en 2016.
Vive en Oslo con su marido y sus dos hijos. La psicoanalista es su primera novela.
Datos del libro
Título | La psicóloga |
Autor | Helene Flood |
Editorial | Planeta |
Primera edición | 18 febrero 2020 |

Letraherida.
Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros.
Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.