Opinión personal
Hace ya mucho tiempo que no leo los premios Planeta con ilusión como lo hacía antes cuando era una ingenua e ignoraba que los premios no son tales y que están dados de antemano.
Pero este año, cuando me enteré (eso sí, cuatro horas antes de hacerse público el veredicto del jurado) de que el ganador era Javier Cercas, uno de mis autores favoritos en lengua castellana, pensé: «Por fin un premio con «calidad literaria»». Pero, y ahora viene cuando la matan, Cercas no es autor de novelas negrocriminales y esto era una apuesta muy arriesgada.
Aun así, decidí ponerlo por delante de Yo, Julia (la novela ganadora del año pasado que aún está entre mis eternos pendientes) porque con Cercas nada podía salir mal; es un escritor que tiene muchísimo oficio como para hacer una «novela de encargo» y que le salga bien.
Pues no. No todos los encargos salen bien, por muy Javier Cercas que seas y por mucho prestigio literario que tengas. Y Terra Alta me ha parecido un borrador, una obra en bruto, como si al autor no le hubiese dado tiempo de terminar la idea que tenía en mente y como tal se ha lanzado al mercado. ¿Que en qué sustento esta teoría? En que se desarrolla en el 2021, y no le veo ninguna necesidad, porque la situación en Cataluña es exactamente igual que la de ahora. ¡Madre del Cristo Redentor, qué puto desastre!
Cercas ha pretendido hacer una novela negra y le ha salido un refrito (cuánto mejor un sofrito) que se puede leer, pero que no está a la altura ni de él (qué pena, pero 600 000 euros tienen la culpa) ni de un premio de calidad que se precie (pero ya sabemos todos que este es un premio comercial, que se publica justo antes de la campaña navideña y que es el regalo que muchos compran y muchos otros reciben, aunque luego lo devuelvan).
La novela en general no hay por dónde cogerla (por eso que os he adelantado, que la considero un borrador, una idea que no se ha terminado de rematar), así que iré directamente a los fallos, porque aciertos tiene pocos.
Vamos al lío:
¿Qué «me» ha fallado?
- Si a una novela se le da el título de una zona geográfica, lo normal es que nos la describa a la perfección, y que no se limite a un mero esbozo. Por ahí, mal, porque salvo que la comarca es muy tranquila no he sacado nada en claro, no he conseguido pasearme por sus calles de la mano del autor, no ha recreado ese escenario para que yo pueda visualizarlo perfectamente.
- Respecto a los temas tratados, aquí es donde ha cogido la olla y ha echado todos los ingredientes y algunos más: la redención, la venganza, los atentados de Barcelona, el independentismo catalán, la Guerra Civil, el Opus Dei, la vida carcelaria, la literatura… Quiere tocar tantos temas y hablarnos de tantas cosas que no profundiza en ninguna y se queda en la superficie de todas.
- La trama principal de la novela es la resolución de un caso de asesinato: el propietario de la mayor empresa de la comarca, su esposa y una persona del servicio han sido salvajemente asesinados. Se encarga del caso Melchor Marín, que lleva cuatro años viviendo en la zona, pero que es de Barcelona. Pues esta trama más simple y más previsible no puede ser, es imposible.
- Por otro lado tenemos, en capítulos alternos, la historia de Melchor Marín desde que era un niño hasta su llegada a Terra Alta. Aquí conocemos los motivos de su traslado y a mí, como ya he dicho en otras ocasiones en las que se ha utilizado este tema, me parece de un oportunismo bestial. Esta historia, siendo secundaria, me ha parecido más interesante que la principal porque, por lo menos, tiene un poquito más de enjundia (tampoco tanta, no os emocionéis, que no es nada que no hayamos leído un millón de veces antes).
- Aunque está bien escrita (porque tratándose de Cercas no podría ser de otra manera; eso sí a la novela le falta una corrección en profundidad), el ritmo es lento, lentísimo… Tanto que termina aburriendo. Esos diálogos eternos, con unos incisos interminables, sin utilizar las comillas de seguimiento terminan resultando agotadores. No os digo más que, cuando llevaba más o menos las dos terceras partes, lo abandoné y me leí La novena tumba.
- Abusa y abusa de citas y menciones sobre Los miserables de Victor Hugo. Lo de insertarlo en la novela lo hace con fluidez, pero cuando aparece una vez, y otra, y otra, y otra más, terminas de Valjean, del señor Magdalena y de Javert hasta más arriba de la mismísima punta del cuerno del unicornio. Pero si hasta hay una protagonista que se llama Cosette. Hay menciones a otros libros (porque el protagonista es un gran lector), pero esos aparecen solo de pasada. La metaliteratura en este caso se le va un poquito de las manos. Además, lastra muchísimo el ritmo, ya de por sí bastante lento.
- En cuanto a los personajes, excepto Melchor Marín, todos son muy planos porque apenas están perfilados. Pero Melchor Marín es un personaje que yo ya he visto antes en muchas novelas, sin ir más lejos en el Harry Bosch de Michael Connelly, cambiando el jazz por la literatura. Crear un personaje abusando del drama, de que solamente le ocurran desgracias y que tengan conversaciones literarias no lo he terminado de ver.
- Y vamos con ese final, el final de los finales. La novela es muy previsible y desde el principio he tenido claro quién era el asesino. Pues bien, el autor, en un giro narrativo de agárrate y no te menees, le da una vuelta de tuerca a lo que estaba clarísimo pero no para desmontarnos los esquemas (aunque sea lo que ha pretendido), sino para meter con calzador (con un triple salto mortal con doble tirabuzón) uno de sus temas favoritos. Y ahí ya no sabía si morirme, si matarme o matarlo a él. Es posible que con una novela con la trama más armada no hubiese quedado como un pegote, pero a mí me ha parecido un desbarre total.
- Y, para más inri, hay una parte de la vida del Melchor joven que no se ha resuelto: ¿se avecina serie protagonizada por este superpolicía? Espero que no. Y si es así, conmigo que no cuenten, que he terminado saturada de un tipo que piensa que después del siglo XIX no se han escrito buenas novelas (y no porque no tenga razón, pero es que a mí las personas que sentencian de esta manera y se creen en posesión de la verdad absoluta respecto a lo que hay que leer o no me provocan urticaria).
Resumiendo, que dice el Maestro: Terra Alta me ha parecido una novela en bruto, un borrador, en la que Javier Cercas ha pretendido escribir una novela negra (porque un thriller no creo, por lo lentísima que es) y lo que ha conseguido es una novela que es un refrito de temas en los que apenas profundiza, con un desenlace metido con calzador. Para olvidar. 2 ⭐️
Autor
Javier Cercas nació en Ibahernando, Cáceres, en 1962. Su obra, traducida a más de treinta lenguas, consta de las siguientes novelas: El móvil, El inquilino, El vientre de la ballena, Soldados de Salamina, La velocidad de la luz, Anatomía de un instante, Las leyes de la frontera, El impostor y El monarca de las sombras, casi todas reconocidas con prestigiosos premios nacionales e internacionales.
También ha publicado libros misceláneos –Una buena temporada, Relatos reales, La verdad de Agamenón y Formas de ocultarse– y ensayos –La obra literaria de Gonzalo Suárez y El punto ciego.
Ha recibido, además, varios premios de ensayo y periodismo, y diversos reconocimientos al conjunto de su carrera, como el Prix Ulysse, en Francia, o el Premio Internazionale del Salone del Libro di Torino, el Premio Friuladria, el Premio Internazionale Città di Vigevano, o el Premio Sicilia, todos ellos en Italia.
Datos del libro
Título | Terra Alta |
Autor | Javier Cercas |
Editorial | Planeta |
Primera edición | 5 noviembre 2019 |
Puedes encontrar a Montse Martín en Lector Cero. Si quieres un informe literario o una corrección de tu novela, puedes contactar con ella aquí.

Letraherida.
Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros.
Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.