Reseña: Las leyes de la frontera (Javier Cercas)

por Montse Martín
Publicada el 5 Feb, 2018
Las leyes de la frontera

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Opinión personal

 

Una editorial contrata a un escritor para que escriba un libro sobre el Zarco, un personaje que fue un mito de la delincuencia juvenil en los primeros años de la Transición española.

 

Para poder documentarse, debe entrevistarse con algunas de las personas que le conocieron: el Gafitas, un miembro de su banda;  un inspector de policía y el director de unas de las prisiones en las que estuvo.

 

¿Dónde acaba el personaje y empieza la persona? ¿Cuánto había de realidad y de ficción en la vida del Zarco?

 

De este autor solamente había leído El viente de la ballena y Soldados de Salamina y, aunque me gustaron mucho, no me había vuelto a tener nada suyo entre mis manos.

 

Cuando vi Las leyes de la frontera me llamó la atención su argumento, porque sabía que me iba a hacer rememorar una época pasada y revivir algunas cosas de mi adolescencia. Y, como podréis ver por la nota, me ha dejado impactada. 

 

He leído en el suplemento cultural de un periódico de tirada nacional que para los críticos este libro es uno de los diez imprescindibles del año 2012. Por primera vez (y espero que no sirva de precedente), esos señores y yo estamos de acuerdo.

 

La portada, con esos tres adolescentes tirados en las escaleras, aunque parece antigua, bien podría ser una imagen tomada hoy en muchos lugares de España. 

 

El título proviene de una serie de televisión de aquellos años (de la que me acuerdo muy vagamente), que se llamaba La frontera azul (a la que se alude constantemente en la obra, porque Ignacio Cañas, el Gafitas, en el verano del 78, dejó de ser un niño de clase media y cruzó la frontera, como sus héroes de esa serie, y empezó a relacionarse con quinquis y se convirtió en un delincuente juvenil en toda regla; pero sus héroes luchaban por el bien y él se encontró con el mal).

 

Ambientada en Girona en un período que abarca más de 30 años (aunque lo fundamental se desarrolla en el verano de 1978 y a finales del siglo XX y los inicios del XXI), la novela está estructurada en dos partes tituladas Más allá y Más acá (divididas a su vez, cada una de ellas, en nueve capítulos) y un epílogo, La verdadera historia del Liang Shan Po.

 

Con un estilo natural y fluido (el propio autor ha dicho que si le sale demasiado «literaria» la reescribe), pero con una gran calidad estilística, la obra, escrita en tercera persona, con una narración poliédrica (porque conocemos la historia desde el punto de vista de Ignacio Cañas, un inspector de policía, Cuenca, y el director de la prisión de Girona, Eduardo Requena), siguiendo un orden cronológico discontinuo lleno de flashbacks, raccontos y algunos flashforwards, tiene una trama compacta, sólida y polisémica, muy bien trabada y sin ningún tipo de fisura. El ritmo es ágil, con una serie de giros imprevistos que no nos dejan soltar el libro. Además, es muy cinematográfico, podemos ver cada escena como la secuencia de una película.

 

Los personajes son todos redondos, con una evolución muy marcada a lo largo de la novela, mostrándonos sus dudas, sus miedos, sus ambigüedades, el sentimiento de culpabilidad y de lealtad; tanto ellos como sus diálogos son muy creíbles. Tiene unos secundarios de lujo, casi tan importantes como los personajes principales, por lo que podríamos considerarla casi una novela coral; entre estos últimos me quedo con el de Tere, porque ella fue la desencadenante, más que el acoso, de que Cañas entrara en la basca y se convirtiera, durante tres meses, en un delincuente.

 

Aunque la obra está dedicada a una persona ficticia, el Zarco, no he podido evitar ponerle la cara del Vaquilla y del Torete, los protagonistas de las películas que yo veía cuando tenía los mismos años que el protagonista; aquí, en Getafe, también tuvimos uno casi igual de famoso que ellos; hoy es una persona reinsertada, que da clases de conducción temeraria a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (no penséis, que ya os lo digo: el Pera); también, toda la lectura ha ido acompañada de una banda sonora: la música de Los Chichos y Los Chunguitos ha sonado en mi cabeza constantemente.

 

Las escenarios y ambientes magistralmente conseguidos, con unas descripciones muy precisas, desde las escenas de los delitos, con unas persecuciones que vivimos como si las estuviéramos sufriendo nosotros, o las del acoso escolar al Gafitas, que son de una crudeza espeluznante; no puedo dejar pasar las de Girona, que aunque yo no la conozca, imagino que las personas que sean de allí las disfrutarán doblemente.

 

El desenlace inesperado, lleno de giros literarios que desembocan en un final imprevisto y sorpresivo. 

 

Quiero hacer una reflexión, si me lo permitís: nadie se convierte en un mito si la sociedad y los medios de comunicación no contribuyen a ello. Y ni el Zarco, ni el Vaquilla, ni ninguno de los delincuentes juveniles que se hicieron famosos en esa época son ejemplos a seguir en ningún caso. No son héroes, son escoria, y deben pagar por todos y cada uno de los delitos que cometieron. Y como dice el Maestro: ellos que juraban comerse la vida, fue la vida y se los merendó.

 

En resumen, una novela redonda, en la que la trama, los personajes y la forma están al mismo nivel, y que pone de manifiesto que esa época en España no fue tan bonita como nos la quieren pintar (vale, de acuerdo, salíamos de una dictadura eterna y cualquier cosa era mejor), y que también tuvo sus zonas oscuras, porque, como en la vida en general, siempre hay luces y sombras.

 

 

Un libro es como un espejo y que no es uno el que lee los libros sino los libros los que lo leen a uno…

 

 

Autor

 

Javier Cercas nació en Ibahernando (Cáceres) en 1962. Doctorado en Filología Hispánica, trabajó durante dos años en la Universidad de Illinois y en la actualidad es profesor de literatura española en la universidad de Gerona.

 

Su primera obra es el libro de relatos El móvil (1987), la buena acogida por parte de la crítica causada por esta opera prima queda confirmada con las apariciones de las novelas El inquilino (1989), El vientre de la ballena (1997) y Soldados de Salamina (2001), su obra más popular traducida a más de veinte lenguas. Esta última, uno de los mayores éxitos de la literatura española de este siglo, fue llevada al cine por el realizador David Trueba en 2003.

 

Como ensayista ha publicado un volumen de crítica titulado La obra literaria de Gonzalo Suárez (1993), fruto de las investigaciones realizadas para su tesis doctoral presentada en la Universidad Autónoma de Barcelona en 1991.

 

Es también colaborador habitual en el diario El País, y ha recopilado sus artículos en Una buena temporada (1998), La verdad de Agamenón (2006) y sus crónicas en Relatos reales (2000).

 

En 2009 publica Anatomía de un instante, novela que es considerada también ensayo, por el que obtiene el Premio Terenci Moix de Ensayo y el Premio Nacional de Narrativa.

 

Las leyes de la frontera es su última novela.

 

 

 

Datos del libro

 

 

 
Título Las leyes de la frontera
Autor Javier Cercas
Editorial Random House
Primera edición 26 septiembre 2012

 

 

 

 

 

Esta reseña se publicó originalmente el 6 de enero de 2013 en el blog Con el alma prendida a los libros (ya cerrado). Como no quiero perder las entradas ni las sensaciones que me dejaron las novelas reseñadas allí, la recupero en esta web sin moverle ni una coma.