Opinión personal
Pues ya estoy aquí otro martes más y, como podéis comprobar, me estoy pasando uno de los propósitos del año por el arco del violín: el de leer menos novela negra y criminal porque estaba saturada de ella y todo lo que caía en mis manos me parecía muy similar.
Eso sí, estoy cumpliendo otros dos casi al pie de la letra: intentar subir reseña cada martes y sacar pendientes; con esos dos voy muy bien (quietas, queridas, que tampoco es para sacarme a hombros, porque apenas llevamos dos semanas de año).
Hoy os vengo a hablar de La dama y la muerte, la nueva novela de Greta Alonso, una escritora que ya me sorprendió a mediados de 2020 —cuando todos estábamos pasando una de las peores etapas de nuestras vidas— y por eso cuando vi que sacaba nuevo libro tenía muchas ganas de leerlo y saber si El cielo de tus días había sido una nube de verano porque nos había pillado a todos en un mal momento o, por el contrario, había venido para quedarse. Ya os adelanto que la opción correcta es la segunda y que, como en el caso anterior, las expectativas no han asesinado al entretenimiento. Me alegro de habérmela comprado en papel a pesar de que la tenía gratis en la tarifa plana de N.
En La dama y la muerte nos encontramos, nada más empezar a leer, con dos muertos y medio (uno de ellos todavía respira, pero no os diré si sobrevive o no). La investigación de uno de los casos recae en la Guardia Civil, que lo cierra como suicidio. El del muerto y medio se lo encargan al grupo de Homicios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Santander, cuyo jefe es Mateo Valtierra, uno de los protagonistas de la novela.
Empieza a investigar y las pistas apuntan a que la muerte tiene relación con un cuadro de Dama, un pintor que está revolucionando el mercado del arte y las subastas, al que nadie ha visto y del que se ignora si es un hombre o una mujer, un anciano o una persona joven.
Y los muertos se van sucediendo. Urge averiguar quién es Dama y si es un asesino o si un asesino lo está utilizando para sus macabros fines.
No sé si os habéis enterado de algo, pero en este libro cuanto menos se conozca, mejor.
Voy a ir desgranando por qué estoy aquí con La dama y la muerte (que ya sabéis que yo si me pongo siempre es por algo) y por qué tenéis que volver a leer a Greta Alonso o estrenaros con ella si no lo hicisteis en su momento. Vamos al lío:
¿Qué me ha gustado?
- Lo primero, aunque sea una tontá (pero es mía y por eso lo escribo aquí) es la cubierta, tan enigmática como la vida de Dama, solo con un manchurrón de pintura roja que puede interpretarse como un cuadro en sí o como la sangre del reguero de cadáveres que van apareciendo en la novela.
- La dama y la muerte es una novela difícil de etiquetar en otra categoría que no sea la negra y criminal: aunque la mayor parte de la historia es un procedimental de manual (por las investigaciones policiales de Mateo y su equipo, y por las de otros personajes en paralelo), tiene el ritmo de un thriller y muchos tintes de novela negra.
- Los paralelismos que he visto entre el anonimato de Dama y la autora. ¿Qué más da quién sea Greta Alonso si nos «regala» sus historias? Por mí como si es un hipogrifo vestido de lagarterana.
- La estructura de la novela, dividida en tres partes (que podrían corresponderse perfectamente con planteamiento, nudo y desenlace), subdividas en 48 capítulos y un epílogo. Esos capítulos están todos protagonizados por uno de los personajes y están perfectamente fechados y localizados geográficamente.
- La alternancia del protagonismo de los personajes en cada capítulo (uno por Mateo, otro por Jorge y los de más allá por Bianca) le imprime un ritmo muy vivo a la historia.
- Los dos tipos de narradores utilizados: Mateo nos habla en primera persona y en el resto de los capítulos la autora se vale de un equisciente en tercera persona. Este cambio del foco del narrador y su alternancia es un recurso que me gusta mucho, porque me permite tener una visión más amplia de la historia.
- La trama no es excesivamente compleja, pero sí diabólica, y está muy bien trabada; todas las piezas encajan en su lugar con la precisión de un reloj suizo en el momento adecuado.
- Lo bien que ha manejado los tiempos y la intriga, porque aunque ha llegado un momento en el que he sabido el quién (me faltaban el cómo y el porqué), todo estaba ahí desde el principio, lo que ocurre es que he elegido el camino equivocado. Aunque también os digo que si hubiese optado por el correcto, me habría aburrido como un ostro.
- Dosifica muy bien la información y para ello se vale, también, de que «nadie, nunca, ha visto un Dama. Los cuadros de Dama son seres mitológicos, como las sirenas o los unicornios. No hay pruebas de que existan, pero se habla de ellos». En ningún momento los lectores sabemos más que los «investigadores», por lo que vamos enterándonos de lo que ocurre a la vez que ellos.
- Algunos de los temas tratados, como la salud mental, la soledad (entendida, sobre todo, como que nadie te eche de menos en días), el clasismo, las apuestas, la cultura del esfuerzo y la lealtad.
- Sí, el mundo del arte, que es el eje en torno al cual se articula la historia, lo he sacado a otro punto porque me ha gustado cómo se ha documentado la autora para pergeñar la trama. En ningún momento hace alarde de ello y la información que nos va dando, aunque alguna no sea fundamental para el desarrollo de la novela, sí que me ha resultado muy interesante. En mi caso, además, me ha hecho afianzarme en una idea que tengo desde siempre: la compraventa de obras de arte tenía que estar prohibida por ley (y ser un delito de perpetua) y el arte (como cultura que es) debería de estar al alcance de todos, no solo al de unos pocos que tienen medios para disfrutarlo. Uno de los personajes dice lo siguiente: »¿Alguien lo paga?, entonces lo valen. La cultura es un producto, se mercadea con el arte, y ahí reside el problema: la cultura es mucho más cara que el entretenimiento». Pues no, mire usted: el arte no tendría que ser un producto, ni se debería de mercadear con él. Como ya he mencionado, la perpetua me parece poco para los que lo hacen.
- También he llegado a la conclusión (espero que si Greta me lee me saque de dudas) que la autora está «obsesionada» con la mediocridad (la frase que destaco al final tiene que ver con eso y en el libro anterior sucedió lo mismo; o tal vez lo esté yo y esas son las frases que más me han llamado la atención a mí).
- Los personajes son uno de los puntos fuertes de la novela, con muchísimos matices y, sobre todo, con muchísimas imperfecciones, tantas que me ha costado identificarme/empatizar por completo con alguno de ellos:
- Mateo Valtierra es el jefe de Homicidios de la Policía Judicial de Santander. De familia humilde, todo lo ha conseguido por méritos propios, nadie le ha regalado nada. Su principal característica es su rigidez a la hora de cumplir las reglas. Su mejor definición la hace otro personaje: «Analítico, metódico y escrupuloso. Un hombre pertinaz, con un sentido acusado de la justicia. Calculas tus pasos antes de darlos, aún no estás de vuelta. Y todavía no has escarmentado».
- Jorge está en comisión de servicios en la Audiencia Nacional y viene de una familia santanderina de dinero. No esconde su homosexualidad (parece una chorrada, pero la clase alta no tiene tanta tolerancia como «la gente normal») y, al contrario que Mateo, para ser magistrado rompe más normas que las que cumple.
- Bianca es una hipermegasuperosea (vamos, lo que viene siendo una pija de manual) de cuna, pero ella ha decidido vivir de su trabajo y esforzarse en ser la mejor en su campo, la psiquiatría. De los personajes principales es el que más me ha gustado por forma de ser. Además, la autora, aunque la ha hecho un bellezón, le ha colocado una imperfección física (que ya está bien de que todas sean divinas y maravillosas).
- Rebeca es amiga de Mateo desde la infancia y su expareja. Me ha caído entre mal y peor, porque es como la gata Flora, vamos, que ni come ni deja comer. ¡Qué puto coñazo de tía!
- Los secundarios todos muy bien dibujados, y entre ellos me quedo con Samu, el hermano de Mateo, un chico con una enfermedad mental por un golpe en la cabeza cuando era pequeño, que es consciente de su problema y lucha por superarse.
- La ambientación es de lujo, tanto que me he paseado por Santander y por otras ciudades de la mano de nuestros protagonistas. Pero, sobre todo y fundamentalmente, lo bien que ha plasmado el mundo del arte, su mercadeo y las subastas.
- El desenlace es bestial, no esperaba yo que fuese a resultarme tan magnífico habiendo descubierto ya un tercio del percal. Pero hay unos diálogos entre dos personajes que son para quitarse el sombrero y ponerse de pie para aplaudir por toda la podredumbre y la miseria humana que es capaz de plasmar la autora en apenas unas páginas. Yo hubiese preferido otra corbata (ay, Greta, que esto empieza a convertirse en costumbre), pero si la novela hubiera terminado a mi capricho, habría protestado por ser poco creíble.
Resumiendo, que dice el Maestro: La dama y la muerte es una historia negrocriminal (me resulta difícil ser más precisa), con una trama muy sólida y diabólica, un ritmo muy ágil, unos personajes muy humanos y un desenlace a la altura. Por si no os ha quedado claro todavía, corred, insensatas, y no dejéis de pasar una novela que os hará pasar unas horas muy entretenidas intentando descubrir quién se oculta detrás de Dama.
La excelencia de unos pone en evidencia la mediocridad de otros, y eso no se perdona.
Autor
Greta Alonso es el seudónimo de una autora nacida en los ochenta cerca del Cantábrico. Licenciada en Ingeniería, se conoce su voz, gran parte de sus vivencias, pero no su rostro ni su auténtico nombre, ya que de ese modo logra compaginar su actividad profesional en el campo de las ciencias con su pasión por las letras.
En el año 2020 vio la luz su primer libro, El cielo de tus días, una novela negra ambientada entre Bilbao y Cantabria.
Tras cosechar un éxito inesperado de público y crítica, regresa con La dama y la muerte, su segunda obra, un thriller oscuro y elegante que se zambulle de lleno en el mundo del arte.
Datos del libro
Título | La dama y la muerte |
Autor | Greta Alonso |
Editorial | Planeta |
Primera edición | 11 enero 2023 |
Traducción | |
Serie |
Letraherida.
Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros.
Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.