Opinión personal
El 14 de octubre, el día anterior a la entrega del Premio Planeta, publiqué esto en mi perfil de Twitter: «Que mañana el Planeta se lo lleva una tipeja a la que se le ha subido el éxito a la cabeza lo tenemos todos claro, ¿no?».
Algunos pensasteis que tengo poderes (ya me gustaría a mí ser tan bruja) y otros que tenía información privilegiada (recordad que hay una web que lleva ya varios años adelantando el nombre del ganador y el finalista). Pues ni una cosa ni la otra. Era algo cantado.
¿Que por qué? Porque la Urturi es la niña mimada de Planeta y está claro que 600 000 euros hay que amortizarlos. Que yo entiendo que algunos me odiarán por esta reseña, que su libro puede salvar la campaña de Navidad de muchas librerías. Pero lo lamento: esta es mi opinión, esta es mi casa y la doy porque quiero, puedo y me da la gana.
Aunque esta señora no me puede caer peor (ahora os explicaré los motivos y aprovecho para recordaros, aunque la mayoría lo sabéis, que a mí cómo me caiga un escritor me da igual y puedo leer perfectamente sus obras, diferenciando una cosa de otra) me puse contenta al enterarme de que el libro trataba sobre Leonor de Aquitania, mi personaje histórico favorito. Lo que no imaginaba yo ni en mis peores pesadillas es que la novela no iba a ahondar en el personaje y que iba a servir solo para el lucimiento de la autora.
Vamos con lo importante. Conocí a Eva a mediados de febrero de 2012. Entonces ella era una autora autopublicada que «spameaba» en Twitter con su La saga de los longevos. Un día estaba yo hablando con otro autor y ella se metió en medio de la conversación (jamás habíamos intercambiado ni media palabra ni nos seguíamos) para recomendarme su libro. Me fui a leer la sinopsis a Amazon y como el tema me seducía me lo compré. Y a partir de ahí empezó un «idilio» que duró lo mismo que «dos peces de hielo en un whisky on the rocks». Me convertí en una diosa rediviva. Tanto que fue la primera escritora que me puso en los agradecimientos de una novela cuando se la publicó Esfera (no, no me busquéis que he desaparecido, pero yo tengo la versión en la que aparezco. La damnatio memoriae es lo que tiene).
Sigamos con el culebrón. En cuanto la fichó Planeta, dejó de hablarme. ¿Que por qué? No lo sé. De la noche a la mañana desapareció. Fue justo cuando empezó el «te sigo y te dejo de seguir en cuantito me sigas».
Todo este rollo viene a que, cuando le dieron el premio, yo pensé que los autores autopublicados iban a darse cuenta de que los sueños pueden cumplirse y que en cualquier momento puede fijarse en ti una gran editorial e, incluso, llevarte 600 000 euros de vellón. Pues la buena señora, que tiene el ego del tamaño de la catedral de Bourges, cuando en una entrevista le preguntaron por la autopublicación dijo que solo lo había sido durante quince días. ¿Perdona? Pues a mí no me salen las cuentas. Si partimos de la base de que yo la reseñé a finales de febrero de 2012, ella publicó la tapa blanda con Amazon el 16 de marzo y Esfera la publicó el 25 de mayo de 2012, algo está fallando en los tiempos. Pero no solo eso: es que yo viví (y lo tengo por escrito pero, obviamente, no lo puedo mostrar porque es un delito) el proceso de fichaje. Y lo de los quince días autopublicada es MENTIRA. Renegar de tus orígenes es de ser mala persona o de creerse superior al resto; y creo que las dos opciones son correctas.
Y como a mí no me gusta hablar por hablar y opinar de un libro sin habérmelo leído, pues aquí estoy con Aquitania de Eva García Sáenz de Urturi (que lo de ponerse otro apellido, telita, que no hay espacio en la cubierta para escribirlo entero; pero, eso sí, hacía juego con los nombres de los personajes de El silencio de la ciudad blanca, no iba a ser ella menos que nadie).
Como os decía, hoy os traigo mis impresiones sobre Aquitania, una historia que comienza con el asesinato del padre de Leonor, lo que la convierte en heredera del ducado y una pieza codiciosa para el rey de Francia (que es rey pero tiene menos territorios que su vasalla e infinitamente menos dinero).
Vamos al lío:
¿Qué «me» ha fallado?
- El título: Aquitania. Porque, claro, poner Leonor de Aquitania sería «plagiar» el título de otras novelas. Me parece un exceso de pedantería digno solamente de ella, más si tenemos en cuenta que la mayor parte de la novela se desarrolla fuera de allí.
- La sinopsis: debería ser delito que se destripara de esa manera uno de los supuestos «misterios» de la novela. Afortunadamente no la había leído y por ahí sí me llevé una pequeña sorpresa al principio.
- La estructura: capítulos alternos de dos narradores protagonistas en primera persona (Leonor y Luis; sí, utilizo los nombres en castellano porque es como los he estudiado toda la vida) y otros intercalados con un narrador en tercera; estos últimos se supone que son los que encierran el misterio del presunto «thriller histórico». Ni siquiera el cambio del foco del narrador consigue darle ritmo a la novela, porque en muchos momentos es marear la perdiz y repetir lo mismo.
- Y llegamos a mi parte favorita: thriller histórico. Eso se lo he oído a ella, aquí no culpo a la editorial (o sí, que si se hubiesen leído la novela no hubiesen tenido el cuajo de etiquetarla así. ¿Dónde está el thriller aquí? Porque la novela abarca un período de más de diez años. No sé, queridos, pero yo no lo he visto. Y estoy hasta la mismísima punta del cuerno del unicornio de que nos pongan el anzuelo para que piquemos y sea mentira.
- La trama es bastante simple, porque un hilo cronológico lineal en el presente no da para mucho más. Además, no hay subtramas (salvo que consideremos como tal los capítulos intercalados que empiezan décadas antes de la novela y se van acercando, progresivamente, al momento actual). Con tantos personajes como aparecen en la novela le hubiese dado para complicar más la trama, hacerla más sólida, enredarla con más historias, que todo fluyera de manera más natural.
- Las influencias de Juego de Tronos que, según le he leído en una entrevista, se basan en El príncipe de Maquiavelo. Pero ni las intrigas lo son tanto, ni los asesinatos están a la altura ni… en fin, que lo intenta pero no lo consigue. Un quiero y no puedo constante.
- El contexto histórico: bufff, qué pereza, de verdad. ¿Cómo puede alguien haberse leído tanta bibliografía y no hacerlo bien? Que, vamos a ver, que no aparece en ningún momento un personaje que no sea de la nobleza, del clero o del ejército. ¿Dónde está el feudalismo francés? ¿Solo mencionando el vasallaje? Habla de la construcción de la abadía de Saint Denis porque Suger es un personaje importantísimo en la historia de Francia, pero apenas profundiza ni en el personaje ni en el gótico, estilo arquitectónico del que esa basílica es uno de sus primeros y mayores exponentes (que esto lo protesto porque en la bibliografía ella alude a libros de arte).
- Es una novela que se me ha hecho bola desde casi el principio por ese ansia que tiene la autora por demostrar todo lo que se ha documentado: nos satura de nombres de personajes históricos y aunque tiene una trama muy muy simple, la lectura puede convertirse en tediosa por esa sobreinformación que no viene a cuento y que no aporta nada al desarrollo de la historia. Aunque muchos lo sabéis, os lo recuerdo: soy historiadora y disfruto mucho más con una buena novela histórica que con una negra y criminal; si a mí (que me gusta el tema tratado en Aquitania y que algo sé del periodo) me ha sobrepasado, no quiero ni imaginarme cómo van a acabar los que se compren esta obra por la autora o por el premio. Os tendré en mis pensamientos, queridos.
- Los personajes son bastante planos y apenas tienen evolución durante la novela. Leonor, que le hubiese dado mucho juego porque no hubo ninguna mujer como ella, es un personaje desdibujado. Luis VII el Joven se me ha quedado muy corto como narrador y apenas profundiza en él. Y aunque me gustan los malos malísimos y las malas peores, aquí maldita la gracia que me han hecho, porque parecían pegotes metidos con calzador para que Leonor «creciera» como personaje, pero no.
- Como ya he mencionado, la aparición de nombres, nombres, nombres y más nombres hasta la saturación y el hartazgo. Si mencionas a un personaje histórico importante, no te limites solo a decir su nombre, su árbol genealógico y su título nobiliario; cuéntanos más de él o terminaremos confundiendo a Teobaldo de Champaña con san Bernardo de Claraval (por ejemplo, san Teobaldo de Claraval y Bernardo de Champaña).
- El final, ¡qué final! Detesto los desenlaces que no fluyen, a los que no llegamos acompañados de la mano de los personajes, sino que es el autor el que nos lo explica. Teniendo en cuenta que en una entrevista dijo «Son lectores inteligentes. Hay muchos así y otros que, bueno, no lo son tanto. Mis novelas son muy densas, intento hacer varios niveles de lecturas y cada uno se queda con la que más le apetece», no me extraña que nos lo haya dado todo masticadito, por si acaso no nos alcanza la neurona. ¡Qué insulto para nuestra inteligencia! (el final y la entrevista).
- Y lo que más me preocupa. Leonor vivió mucho en los dos sentidos del término: después de Luis vino Enrique Plantagenet, nada más y nada menos que rey de Inglaterra; que eso le hubiese dado para una novela de más enjundia; y fue muy longeva. Así que me temo que se puede avecinar una heptalogía como la de Collen MacCullough y César (ya os adelanto que no estará a la altura).
- Ya sabéis que yo me lo leo todo y esta vez no iba a ser menos. ¿Recordáis que en la trilogía de la Ciudad Blanca nos ponía al final todos los cursos que había hecho para documentarse? Vamos, como si de un currículo se tratase. Pues aquí ha hecho uno sobre iluminación de manuscritos; teniendo en cuenta que aparece un Libro de Horas y dos líneas sobre él, ¿para qué coño necesita contarnos que ha hecho el curso? Se debería mirar lo de la soberbia y la vanidad.
Resumiendo, que dice el Maestro: Aquitania de Eva García Sáenz de Urturi es una novela de la que esperaba muchísimo más estando protagonizada por un personaje histórico de semejante envergadura. No es un thriller histórico como nos lo quieren vender ni tampoco una novela histórica propiamente dicha (porque si mueves las fechas en beneficio de la trama, es que lo que te interesa es la parte del misterio y no ficcionar una época) más bien una novela de ficción histórica, sin apenas misterio, con unos personajes bastante planos y muy desdibujados, y un final para olvidar. No la recomiendo.
Autor
Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria) publicó en 2012 su primera novela, La saga de los longevos, que se convirtió en un fenómeno de crítica y ventas.
En 2014 vio la luz la segunda entrega de la saga, Los hijos de Adán, y también la novela histórica Pasaje a Tahití.
En 2016 publica El silencio de la ciudad blanca, un thriller apasionante ambientado en su ciudad natal que fue objeto de una adaptación cinematográfica que vio la luz en 2019 de la mano de Atresmedia.
Con El silencio de la ciudad blanca arrancó una trilogía de la que Los ritos del agua fue la segunda entrega y Los señores del tiempo la tercera y el desenlace de la Trilogía de la Ciudad Blanca. Con ella ha llegado a más de un millón de lectores. Ha sido galardonada con prestigiosos premios, como el Libro de Ficción del Año en 2018 y The Golden Bullet (Bala de Oro) a la mejor novela negra extranjera de 2019.
Con Aquitania recibió el Premio Planeta 2020.
Datos del libro
Título | Aquitania |
Autor | Eva García Sáenz de Urturi |
Editorial | Planeta |
Primera edición | 5 noviembre 2020 |
Puedes encontrar a Montse Martín en Lector Cero. Si quieres un informe literario o una corrección de tu novela, puedes contactar con ella aquí.
Letraherida.
Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros.
Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.