Opinión personal

 

¿Todo bien, queridos?

 

Que a lo mejor pensáis que estoy peor de lo mío de lo que pensabais, pero esa pregunta es muy procedente (y no, no es una fórmula de cortesía).

 

No suelo hacer mucho caso a las recomendaciones grandilocuentes del tipo «El mejor libro del año según…», «La mejor novela del siglo…», pero hace un tiempo vi una de estas y me llamó la atención el título de la obra en cuestión, y cuando fui de compras la llevaba en mi lista.

 

Pero resulta que al lado había otra de la misma editorial y me dije: «Total, ¿qué más te da una que dos? Hemos venido a jugar». Y las dos terminaron en mis estanterías.

 

La primera, La historia de la nostalgia de Natàlia Romaní, no me convenció. Está muy bien escrita, pero no me aportó nada, ni me hizo reflexionar. Pero la segunda, ¡¡¡ay, la segunda!!!, me voló la cabeza. ¿Que cuál era? Pues El refugio de Sandrine. Y me harté de recomendarla, y creo que la mayoría de las personas que me siguen la han leído gracias a esa intensidad que pongo en Twitter (y en la vida en general) cuando algo me apasiona.

 

¿Que por qué os he soltado este rollo? Porque cuando hace dos meses me enteré de que el autor publicaba otra novela, perdí el norte y el 3 de noviembre quedó marcado a fuego en el calendario.

 

Llevar las expectativas tan altas puede jugarnos una mala pasada, porque era difícil superar la manipulación psicológica a la que nos sometió Loubry en la novela anterior.

 

¿Lo ha conseguido? A mí me ha gustado mucho más, me ha parecido más ágil y esta no solo me ha reventado la cabeza, también me ha provocado escalofríos en algunas ocasiones.

 

Las hermanas de Montmorts empieza con una periodista a la que le van a dar la exclusiva de su vida. Ha habido un montón de muertos en una localidad, pero nadie sabe lo que realmente pasó allí.

 

Para hacer más ameno el largo viaje, empieza a leer unas notas, que son el adelanto de la historia, y que es lo que nosotros vamos leyendo. Entonces conocemos la vida de un pequeño pueblo francés y a sus habitantes. La pregunta es: ¿quiénes de todos los que van apareciendo por sus páginas habrán muerto?

 

Y hasta aquí puedo leer, porque de este libro, cuanto menos se sepa, mejor. Así que admitid un consejo: ni os molestéis en leer la sinopsis, porque aunque no destripa nada, es mejor llegar virgen a su lectura. Por eso no menciono el nombre de ningún personaje.

 

Quiero hacer una puntualización antes de empezar. Cuando leo por placer, igual que hago un acto de fe, procuro olvidar otros libros y centrarme solo en el que tengo entre manos. Las hijas de Montmorts lo he leído conjuntamente con la escritora Marta Cañigueral. Y ella me dijo en un wasap: «Me recuerda a El paraíso…». Los que hayáis leído la novela de Marta, El paraíso de los ilusos, cuando leáis esta lo comprobaréis. Yo me guardo mi opinión, aunque la Cañigueral ya la sabe. No la opinión de la suya, que también es una novela 5 estrellas…

 

 

Vamos al lío, que es a lo que hemos venido:

 

 

¿Qué me ha gustado?

 

• Voy a empezar por el autor. Hasta hora siempre he pensado que el escritor más psicópata de todos los que leo es Gellida y que el secador que utiliza para escribir tiene que tener algún alucinógeno porque si no nadie se explica que tenga esa mente tan retorcida. Querido chico de Valladolid, lamento comunicarte que te ha salido competencia. Loubry termina haciéndote santo. Nadie con la cabeza bien puede escribir dos novelas como las que se ha marcado el francés.

 

 

• La portada, oscura, siniestra, como la novela. Mi enhorabuena para la persona que la haya realizado porque, además, sigue la línea de El refugio de Sandrine.

 

 

• El título, que me he pasado la mayor parte del libro sin verle el sentido hasta que, ¡¡¡sorpresa!!! me ha explotado en la cara.

 

 

• La estructura, dividida en partes tituladas, que se subdividen a su vez en capítulos muy cortos y nos lleva al temido «un capítulo más y lo dejo».

 

 

• Los «mientras tanto» con los que terminan algunas partes, en los que nos cuentan lo que les está sucediendo a algunos personajes mientras se centra en otros.

 

 

• La trama parece sencilla, pero está calculada milimétricamente para que todas las piezas encajen con el mecanismo de un reloj y es absorbente.

 

 

• El ritmo es muy ágil, gracias a los capítulos cortos, al cambio constante de escenario y a esos «mientras tanto» de los que os he hablado. 

 

 

• Jèrôme Loubry es un maestro de la intriga y sabe dosificar perfectamente la información que nos va soltando. 

 

 

• No se ha sacado nada de la manga. Una vez que conocemos lo que había pasado en Montmorts se me ha quedado cara de imbécil. Pero si estaba todo ahí, ¿cómo es posible que no lo hayas visto?

 

 

• Pero, además de un maestro del suspense psicológico, Loubry es un manipulador. Y juega con la mente del lector como le sale a él de su mismísimo Arco de Cuchilleros. Sabe que nos vamos a creer lo que nos está contando, que vamos a guiarnos por nuestra parte emocional y vamos a implicarnos con lo que le sucede a los personajes; y aprovechándose de eso juega con nosotros como si fuésemos marionetas o como uno más de los actores de la novela. Bravo por ti, Jérôme, porque lo de manipulador es un piropo. 

 

 

• La valentía de la utilización de un narrador cuasi omnisciente, para que sepamos lo que hacen, piensan y «experimentan» la mayoría de los personajes. Es una apuesta muy arriesgada, porque estos narradores suelen ser fiables, pero ha habido momentos en los que me ha hecho dudar y pensar que hasta el narrador me estaba tomando el pelo. ¿Que si lo ha hecho? Pues lo tendréis que averiguar vosotros solitos.

 

 

• Los que me seguís aquí o en Twitter sabéis que odio la cursiva. Pues en este libro ha sido un acierto total. Porque cuando aparecía tenía claro que se me iban a poner de punta hasta los pelillos de la nuca, como si alguien me estuviese soplando en el cogote.

 

 

• No es un libro de terror, pero he pasado más miedo que con muchos que se venden como tal. 

 

 

• La atmósfera opresiva y angustiosa en la que se desarrolla la historia, sin saber qué está ocurriendo realmente ni por qué la gente ha decidido actuar de la manera que lo hace, sin ninguna explicación lógica para sus comportamientos.

 

 

• La inserción de supersticiones arraigadas en los habitantes de Montmors desde tiempos inmemoriales y cómo ha sido capaz de conventirme en una habitante más de un pueblo plagado de leyendas.

 

 

• Que no he sabido en ningún momento si iba o si venía, y aunque he lanzado dos hipótesis (y una no iba mal encaminada) ni se aproximaban a la realidad.

 

 

• Los personajes están perfectamente esbozados con apenas unas pinceladas (recordad que nosotros estamos leyendo una historia que son notas). He empatizado con algunos, he odiado a otros y he sentido simpatía por varios más. Todos están bien trazados y consiguen traspasar el papel y llegar al lector.

 

 

• El desenlace, con un par de giros que me han dejado ojiplática, por inesperados. Cierra todo y lo que sucedió en Montmorts queda completamente claro y perfectamente explicado. No hay ningún cabo suelto y está todo atado y bien atado. Solo puedo definirlo con una palabra: brutal, como el resto de la novela.

 

 

Y como sé quién soy y lo que os he hecho… y 

Lo demás son copos de nieve…

 

 

Resumiendo, que dice el Maestro: Las hermanas de Montmorts ha cumplido con creces las expectativas que yo tenía, incluso ha superado El refugio de Sandrine. Un thriller psicológico con una trama bien urdida, unos personajes bien dibujados, una atmósfera asfixiante, un ritmo muy ágil y un final brillante y a la altura. Muchísimo más que recomendable. Sin ninguna duda, un NOVELÓN que no podéis dejar pasar. 5 estrellas como cinco brujas de la novela.

 

 

Qué maravilla cuando no quieres soltar un libro, cuando buscas cualquier momento que tienes libre  para seguir leyendo y cuando lo sueltas estás haciendo conjeturas sobre lo que puede estar pasando, cuando necesitas que llegue el final para conocer lo que ocurre pero, a la vez, no quieres que termine porque sabes que te va a dejar resaca lectora y cualquier libro que empieces no va a estar a la altura. 

 

 

Pues todo eso y mucho más es Las hermanas de Montmorts. Desgraciadamente, esta conexión tan bestial con un libro la puedo sentir una docena de veces al año (a lo mejor exagero y solo es media). Pero, además, que un libro haga que te explote la cabeza de esa manera es más difícil. Así que haceos un favor y leed este libro, insensatos, que me lo vais a agradecer.

 

 

 

¿Todo bien, querido seguidor?

 

 

 

 

 

Autor

 

Jèrôme Loubry (Saint-Amand Morond, 1976) creció fascinado por los millones de libros que salían de la «fábrica» en la que trabajaba su tío. Fue ahí donde se fraguó su pasión por la escritura.

El refugio de Sandrine fue merecedora del Prix Polar a la mejor novela en francés en el Cognac Polar Festival, el Gran Premio de Iris Noir Bruxelles, el premio Livre de Poche (2021) concedido por los lectores, y el premio Le Choix des libraires.

Las hermanas de Montmorts, su nueva novela, lo confirma como una de las voces más importantes del género negro en Francia.

 

 

Datos del libro

 

 

Título	Las hermanas de Montmorts
Autor	Jérôme Loubry
Editorial	Catedral
Primera edición	3 noviembre 2022
Traducción	Rocío Gómez de los Riscos
Serie

 

 

 

 

 

 

Puedes encontrar a Montse Martín en Lector Cero. Si quieres un informe literario o una corrección de tu novela, puedes contactar con ella aquí.