Opinión personal
Preparando la entrada de las novedades, me topé con La nostalgia del limonero y, al leer por encima la sinopsis, tuve un flechazo. Al ver que Nubico no lo subía, me bajé una muestra de la tienda de libros de Apple y, como me gustó lo que leí, me lo descargué.
Y me puse a leer como una descosida, como si no hubiese un mañana, pero mis expectativas se iban diluyendo conforme avanzaba en la lectura y la historia empezaba a hacerse repetitiva, pero, sobre todo, cuando empecé a ver que la maquetación era una puñetera basura y que el libro estaba lleno de faltas de ortografía. El colmo llegó cuando empecé a ver fallos de fechas (y no, no me refiero a las históricas, que la autora dice al final que algunas las ha cambiado en beneficio de la trama); no, me refiero a bailes de fechas y de años.
Las editoriales nos han tomado por el pito de sereno y no nos venden los libros en perfectas condiciones. No se dan cuenta de que son un producto y como tales deben de cumplir unas normas mínimas de calidad. Y La nostalgia del limonero no las cumple. Por eso, como he dicho en Twitter, en cuanto acabe de hacer esta reseña lo voy a devolver, y voy a marcar la opción (aunque los de Apple, afortunadamente, no piden explicaciones) de mala calidad. Y si esto lo hiciésemos todos, en lugar de quejarnos solo de las faltas que tienen los libros de los autores autopublicados, pues a lo mejor las editoriales se ponían las pilas y tenían un buen equipo de correctores, maquetadores y portadistas, porque esto es, hablando mal y pronto, un puto desastre.
Voy a ser bastante breve, porque me cuesta más encontrar palabras para hablar mal de una novela que para hacerlo bien, y con una síntesis os hacéis una idea de lo que me ha parecido (no es necesario que haga una «tesis» como acostumbro, que lo bueno si breve, dos veces bueno).
Vamos al lío:
¿Qué me ha gustado?
- Lo que más me ha gustado (cómo nos describe lo que significó el éxodo rural en la España de los sesenta y la vida de los que tuvieron que salir de sus pueblos para buscar una vida mejor) ha terminado al final por hartarme, porque una novela no puede basarse en repetir constantemente lo mismo. La ambientación es buena, y también me ha gustado cómo plasma la nostalgia y el desarraigo que sufrieron los emigrantes. También cómo dibuja la situación de la mujer en la época y que para todo tenían que pedirle permiso primero a los padres y luego al marido: salían de una cárcel para meterse en otra peor.
¿Qué «me» ha fallado?
- Empecemos por el principio: la portada. ¿A quién se le ocurre coger una imagen de un banco de datos y que en un período tan corto dos editoriales publiquen un libro con la misma foto? ¿Es que con el dineral que cuesta un libro no os da para que alguien os diseñe una portada original? La primera, en la frente.
- El título tiene mucha relación con lo que sucede en la novela, pero he terminado del limonero hasta el mismísimo moño. Porque hablar de nostalgia durante unas páginas, vale; que sobrevuele la novela, también; pero que sea el eje central ha terminado resultándome agotador.
- Los dos hilos temporales de la novela, el del pasado (con la historia de Concha y luego la de Paz) y el del presente. Siempre, siempre, es difícil equilibrar y que una parte no tenga más peso que la otra. En mi caso, al principio me gustaba más el pasado y cómo vivió Concha su despertar como mujer en los años cincuenta. Pero cuando he visto que su historia avanzaba basándose en los «hombres de su vida», como si ella no pudiese tener entidad propia por ella misma, me he saturado. La parte presente me parecía más interesante por los rencores y los odios enquistados entre Concha y Paz, pero la autora pasa casi de puntillas por todo lo que le ha sucedido a Paz y no nos enteramos de su vida con Mario salvo por breves apuntes. Además, tampoco se terminan de resolver muchos asuntos.
- Hay muchos errores temporales en la novela (y vuelvo a repetir que no me refiero a los que la autora se toma como licencias y que menciona al final). No. Me refiero a errores de bulto, como decir que celebran la mayoría de edad de su llegada a Barcelona y solo han pasado diecisiete años. ¿Cómo se te puede colar algo así en un libro que tiene cada capítulo perfectamente datado? Ya os lo digo yo: se llama dejadez.
- En cuanto a los personajes, ha intentado hacer unos femeninos muy potentes, unas mujeres poderosas y que son las que llevan sobre sus hombros el peso del mundo (entiéndase como sus familias). Y lo hubiese conseguido si los hombres hubiesen estado a la altura, pero son todos o unos hijos de Satanás o unos calzonazos. Salvo Pedro, que es el único más o menos normal (también Manuel podría salvarse), lo demás son auténticas caricaturas. Eso sí, como ya he mencionado, los personajes masculinos son los que hacen avanzar las historias, como si las vidas de esas mujeres estuvieran incompletas sin sus relaciones amorosas con ellos.
- Lo que más me ha chirriado de todo es la relación entre Concha y Paz. Si a mí mi madre me jode la vida de esa manera y lo descubro (como lo hace Paz), no vuelvo a hablarle en la vida. Porque Concha fue la que decidió cómo tenía que ser la vida de su hija, se convirtió en dueña y señora de su destino. La vida de madre e hija es un calco (en cuanto a relaciones sentimentales se refiere) y he visto demasiadas casualidades y demasiadas coincidencias como para que me parezca creíble.
- El contexto histórico, salvo las riadas que dejaron más de mil muertos en los años sesenta en Cataluña, es apenas un apunte: muerte de Franco, golpe de estado… Creo que una novela de este tipo merece y necesita un poquito más.
- Al libro le sobran muchas páginas y le faltan muchas más. Hay sucesos en los que se detiene mucho, mareando la perdiz y contándonos lo mismo una y otra vez, y en otros pasa por encima sin profundizar. Por ejemplo, ¿qué pasó con Diego y Concha? Porque se habla de su muerte pero nos faltan un montón de años de los que nos sabemos nada (¿segunda parte tal vez?. La autora tendría que haber utilizado más la elipsis y no habernos dejado tantos «espacios en blanco» en la vida de los protagonistas.
- Como ya he dicho, la novela está llena de faltas de ortografía (las normas del 2010 nos las pasamos todas por el arco del triunfo) y necesita una revisión de estilo como el comer. Por eso no puedo opinar si la autora escribe bien, mal o regular, porque si me baso en lo que he leído (todos los escritores pasan por un corrector), lo hace tirando a peor. Y aunque en algunos momentos ha conseguido transmitirme sentimientos, en otros se ha quedado muy lejos de conseguirlo (y yo soy una chica fácil de contentar en ese aspecto, que me emociono rápido).
- El final no me ha convencido, no solo porque hubiese preferido que acabase de otra manera, sino porque muchas subtramas las cierra de una manera precipitada, explicándolo todo deprisa y corriendo. Y algunas, para mí, quedan completamente en el aire.
Resumiendo, que dice el Maestro: La nostalgia del limonero de Mari Pau Domínguez parte de una buena premisa que no ha sabido explotar, un quiero y no puedo que me ha dejado una sensación extraña, porque en muchos aspectos la autora se queda en la superficie sin profundizar, con unos personajes que no han terminado de llenarme (y a los que no he entendido en la mayoría de las ocasiones), una ambientación correcta y un desenlace demasiado abrupto y con muchos cabos sin cerrar. Una novela que, en esta ocasión, no puedo recomendaros. 2 ⭐️
Porque cuando se pierde todo es más necesario que nunca volver a soñar de nuevo.
Autor
Mari Pau Domínguez (Sabadell, 1963), tras licenciarse en Ciencias de la Información, comenzó su carrera en El Periódico de Cataluña y Diario 16. Posteriormente ha participado como periodista en los telediarios así como en diversos programas de entrevistas de TVE, Telemadrid (Telenoticias y La Hora de Mari Pau), la cadena SER, la radio y la televisión pública de Cataluña, así como en Castilla La Mancha TV y en La Sexta y 13TV.
Desde que en 1994 publicara su primer libro, Aprendices de divos, han aparecido sus novelas La tumba del irlandés (2000), Dime que no eres tú (2006), El diamante de la reina (2008), La casa de los siete pecados (2009) –distinguida con el I Premio CajaGranada de Novela Histórica– y Una diosa para el rey (2011), así como el ensayo sobre maternidad Ahora o nunca.
Además, es autora del poemario El universo en ciernes, que se ha convertido en un discolibro en el que han colaborado entre otros Miguel Ríos, Ana Belén, Víctor Manuel y Luis Eduardo Aute.
Datos del libro
Título | La nostalgia del limonero |
Autor | Mari Pau Domínguez |
Editorial | Espasa |
Primera edición | 22 octubre 2019 |
Puedes encontrar a Montse Martín en Lector Cero. Si quieres un informe literario o una corrección de tu novela, puedes contactar con ella aquí.
Letraherida.
Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros.
Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.
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