Opinión personal

 

 

Me gustaría comenzar esta reseña con una breve defensa del género. Seamos honestos, cuando leemos novela de época siempre encontramos intrigas cortesanas y clericales; en la novela negra siempre hay desapariciones, asesinatos, enigmas y antihéroes; la novela fantástica se basa principalmente en variaciones de algunos seres del imaginario colectivo; la novela bélica suele estar atravesada por el romance entre soldados y enfermeras…

 

Pues bien, La hora muerta pertenece al género de los zombis, por lo cual cuenta con muertos que caminan, gente que se encierra con personas infectadas, héroes, villanos y chorros de sangre. A lo que me refiero con todo esto es que no venimos a hablar simplemente de otra historia de zombis, tal y como algunos se refieren a este tipo de libros (pero no a otros, vaya usted a saber por qué); el objetivo aquí no es hablar del lienzo, sino de la pintura. Y una vez aclarado esto, allá vamos.

 

El homo mortens ya está aquí y ha venido para quedarse. Con La hora muerta Vicente Silvestre inicia una saga de novelas del llamado Género Z, a lo largo de la cual nos descubrirá las intrigas y peculiaridades de esta nueva especie, así como su impacto sobre nosotros, simples humanos, presas escurridizas, rebelde manjar.

 

Esta primera entrega comienza, como no podría ser de otra manera, con los sucesos que desencadenan la propagación del horror zombi, y nos conduce por los primeros días de la plaga a través de un entramado de historias que aportan diferentes puntos de vista acerca de cómo la sociedad humana afronta una tragedia de este tipo.

 

Entre sangre y carne putrefacta, a ritmo de machete y pistola se abordan con realismo los temas trascendentales que ocupan la existencia, desde los más etéreos como la muerte, hasta los más mundanos como el poder; y esto se hace, sin duda, con más acción que reflexión, pero sin perder por ello profundidad.

 

En cuanto al estilo, me gustaría ilustrarlo primero con una anécdota. El día que recibí el libro por correo lo dejé sobre la mesa y una compañera de letras, curiosa ella, no pudo evitar ojearlo mientras yo terminaba de hacer otra cosa, ni siquiera recuerdo el qué. Tuvo tiempo de leer apenas seis páginas y lo cerró diciendo: «Este te va a gustar».

 

Lo que quiero decir es que la novela está narrada de manera muy ágil, sin nada que envidiar a autores de renombre, y eso se nota desde la primera página hasta la última. Para mí, sin duda, ese es el punto más fuerte de la obra.

 

Por entrar también en algún detalle técnico, es necesario comentar que la historia está construida en forma de novela río, otorgando cada capítulo a un personaje (todos ellos bien perfilados, mención especial para el joven Khalid). Todo esto no hace sino aumentar la agilidad de la lectura, ya que permite al autor pasar por alto detalles irrelevantes y situarnos directamente en medio de la acción en cada ocasión. Así se refuerza también la velocidad de la trama, que avanza con esa rapidez que le imprime el lector cuando quiere saber qué demonios le habrá pasado a ese personaje y tiene que leer otros capítulos antes de descubrirlo.

 

Sobre esta misma trama, dividida en tres partes, debo decir que en mi opinión pierde un poco de fuerza hacia el final de la segunda, pero el autor rápidamente reconduce la historia para volver a sorprendernos cuando parecía que ya no daba mucho más de sí.

 

En resumen, me he llevado una gran alegría con la lectura de este libro. Porque es de zombis, es de un autor poco conocido, un autor español que ambienta su historia en nuestras calles, con los nombres de nuestros vecinos. Y es bueno.

 

Además, puedo deciros que la segunda parte de la saga está ya en camino, así que os invito a leer La hora muerta y esperar su continuación conmigo. 3,5 ⭐️

 

 

Autor

 

 

Vicente Silvestre es un escritor español especializado en el género de terror.

Ha ganado el Premio de la Universidad de Valencia de Escritura de Creación con el relato El laberinto de Ockham, y La hora muerta es su primera novela.

También dirige el podcast Casa de Tinieblas.

 

Datos del libro