Opinión personal
Aprovechando que acaba de empezar el Premio Literario Amazon 2019, me gusta bajarme libros que optan al premio porque algunas veces he descubierto allí verdaderas joyas.
En el caso de Jana Westwood sé que piso terreno firme, porque he leído casi todas sus novelas y todas menos una han sido lecturas 5 estrellas (y esa fue porque es contemporánea, que no es mi estilo, así que el problema no es de la novela, sino mío).
Y hoy vengo a hablaros de La heredera, el libro con el que esta escritora opta por tercera vez (según informa ella misma) al premio (desde aquí, querida, mis mejores deseos y toda mi fuerza para que lo ganes, que este año ya va tocando una de este género).
Lo que me gusta a mí una buena novela romántica (que no sea contemporánea), con sus tiras y aflojas, sus malos entendidos, sus «ni contigo ni sin ti». Y si tiene una historia potente como trasfondo, unos buenos personajes y un final acorde, muero totalmente de amor, como ha sido el caso con la novela que nos ocupa. Pero que no se entere nadie, que se me desmonta el personaje de borde y asocial. Guardadme el secreto ?.
En La heredera (cuyo título es ya una auténtica declaración de intenciones), conocemos a Olivia Turley, una joven londinense de dieciocho años que lo tiene todo para ser feliz: unos padres que la adoran y que le han dado una educación exquisita, un hermano que la venera, y no tiene preocupaciones de ningún tipo.
En 1860, cuando Olivia ya ha cumplido los veintiuno, fallece su tío materno John Caswell, que residía en Estados Unidos. Al abrir el testamento descubren que ella es la heredera de la plantación de algodón que su tío poseía en Nueva Orleans, pero para ello ha de cumplir tres condiciones. La primera y fundamental que debe casarse (por conveniencia) con Tylor Hudson, la mano derecha de su tío John.
Y Olivia, que es joven pero no tonta y una firme defensora de los derechos humanos, decide embarcarse rumbo a América para tomar posesión de su herencia y liberar a los esclavos que trabajan en la plantación. A Olivia le parece obsceno (¿y a quién no?) que alguien pueda ser dueño de otra persona, y que tenga poder sobre su vida y su muerte. Pero, claro, no todo es tan sencillo porque si los libera, ¿de qué van a vivir?
Y hasta aquí puedo leer…
Vamos al lío, que es a lo que hemos venido:
¿Qué me ha gustado?
- El título porque, como ya he mencionado, es una firme declaración de intenciones y muy adecuado para lo que nos vamos a encontrar dentro: la historia de Olivia, la heredera, y los problemas que surgen cuando llega a América. Aquí el título tiene que ver con el interior, no hay engaños de ningún tipo.
- Las «enganchadas« entre Olivia y Tylor, así como los malos entendidos entre ambos. Conocemos todo lo que se le pasa por la cabeza a cada uno, además de por las peleas que mantienen entre ambos, por sus monólogos interiores.
- Porque la de Olivia y Tylor (no, no es un destripe, si no hay historia de amor, ¿qué hacemos aquí?) es una historia que se cuece a fuego lento, como tiene que ser. Porque se puede tener un flechazo físico, pero las cosas del corazón suelen ir más despacio. Y lo mejor de todo es que nosotros sabemos lo que siente cada uno por el otro, pero no les podemos dar un empujoncito para que se decidan.
- Hay algunas escenas de sexo (muy poco explícito), que están tratadas con un gusto exquisito y están llenas de erotismo y de sensualidad.
- Como ya he adelantado, he leído casi todas las novelas que ha escrito Jana y en este he visto algunas escenas que ya había visto en obras anteriores (que no es que se esté autoplagiando, sino que es como si todas sus historias estuviesen unidas por un lazo invisible, un guiño a sí misma).
- La prosa de la autora, clara y directa, sin florituras pero impecable, que nos va envolviendo desde el principio y nos hace aun más partícipes de la historia. Es una delicia acompañar de la mano a los personajes gracias a su gran sensibilidad.
- El contexto histórico es una maravilla y se nota que se documenta e inserta esa documentación de manera sutil. Pero, además, me ha llamado mucho la atención que se ponga sobre la mesa el tema de la esclavitud y del abolicionismo, porque hace muchísimos años que no leía un libro ambientado en ese período y con ese tema como trasfondo.
- La ambientación es fabulosa, sobre todo en lo referente al choque cultural entre Inglaterra y Estados Unidos, y la esclavitud, el tema alrededor del cual gira toda la novela (porque no es solo una historia de amor, hay muchísimas más cosas). Por no hablar de lo bien que plasma cómo es la sociedad americana, esas cacatúas siempre cuchicheando y criticando a Olivia, esos loros que presumen de ser muy caritativas pero a las que no les tiembla el pulso en acusar a un esclavo de que las mira (¿perdona?, pero si sois feas por dentro, ¿quién coño os va a mirar?) para que sus maridos los azoten.
- Utiliza varias veces un recurso que me ha gustado mucho: nos cuenta varias escenas con algunas pinceladas en flashbacks justo después de suceder. Que la primera vez parece que es una elipsis y que nos vamos a quedar sin enterarnos de nada, pero a la segunda ya le he visto el truco y solo he tenido que esperar para saber qué había sucedido instantes antes.
- Como siempre en todas sus novelas, la literatura está muy presente. En este caso las Brönte y Thackeray, escritores que deben gustarle (supongo) mucho a la autora y que solo con su mención me gana un poquito más para su causa cada día.
- Las protagonistas femeninas de la Westwood son todas muy similares: mujeres jóvenes, feministas y empoderadas. Mujeres que se han criado en ambientes propicios para desarrollar ideas propias sin necesidad de tener a un señor al lado y que se preocupan por algo más que por el último modelito venido de París o de por si combinan bien el rojo y el negro. Mujeres que leen, que tienen inquietudes culturales y políticas, que se preocupan por el bienestar de los demás, que no necesitan un marido y la maternidad para realizarse, y que son algo más que un florero decorativo.
- De vez en cuando a lo largo de la novela nos va dejando con la intriga de cosas que se mencionan pero que no se resuelven en el momento. Nos va anunciando varios «secretos« que pueden estar ocultando algunos de los personajes. Por eso el final es un no parar de ir de sorpresa en sorpresa, cuando va cerrando todos esos melones que había ido abriendo anteriormente. Que no son giros narrativos ni golpes de efecto ni magia. Todo estaba ahí y yo no lo he visto de venir en ningún momento, sobre todo en lo relativo a Tylor, que me ha dejado con la mandíbula desencajada (querida, necesito una férula para que vuelva a su sitio).
- Tenemos a dos personajes principales, que son Olivia y Tylor, y un elenco de secundarios de lujo, que con dos pinceladas están perfectamente esbozados. Los protagonistas están magníficamente caracterizados, son humanos, de carne y hueso, y tienen una evolución espectacular a lo largo de la novela. Y a pesar de ese mínimo esbozo, a los secundarios los odiamos y los amamos en cuanto nos topamos con ellos. De Olivia ya he hablado anteriormente, pero Tylor es para comérselo: un tipo duro en apariencia pero con un gran corazón. Póngame un par para llevar, por favor.
- Aunque Jana tiene trilogías y bilogías, La heredera es una novela autoconclusiva, en el que todos los cabos quedan atados y bien atados. Pero me ha gustado tanto que desde aquí le suplico, de rodillas si es necesario, que siga contándonos la historia de Olivia, Tylor y los demás personajes que aparecen en la novela, y que lleguemos a la Guerra de Secesión americana, la guerra entre el Norte y el Sur, que ya se palpa en el ambiente y que está a unos meses de iniciarse.
- Quiero hacer una puntualización antes de terminar, que estoy viendo «percales» en las redes y en algunos blogs que no me gustan nada (y soy una feminista como la que más, lo que algunos llaman una feminazi). Hay una escena casi al final que presiento que más de una va a interpretar como sometimiento o algo similar (que no lo hay, pero soy de ponerme tiritas antes de cortarme). Estoy del presentismo histórico hasta la mismísima punta del cuerno del unicornio. No olvidéis que la novela se desarrolla en 1860, que en Estados Unidos existía la esclavitud y que los maridos eran dueños y señores de sus esposas. Cambiad el chip cuando os leáis libros de otras épocas y vedlos con los ojos del año en el que se desarrollan, no con vuestra mentalidad.
¿Qué «me» ha fallado?
- La portada, que no me gusta nada. Pero está en la misma línea que las anteriores, por lo que es fácilmente identificable como una obra suya. Y, por supuesto, por esta pijada que, obviamente, es una opinión subjetiva, no le voy a restar nada.
Resumiendo, que dice el Maestro: La heredera es, para mi gusto, la mejor novela que ha escrito Jana Westwood, con un contexto histórico muy poco frecuente, con un personaje femenino único, con una historia dura y tierna a la vez, y con un desenlace no menos emotivo por lo predecible en este tipo de novela. Aunque como he dicho todo queda bien atado, hay una frase final que deja la posibilidad de que se abra una puerta para una continuación. Jana, por favor estás tardando en contarnos lo que sucede (no lo de la Guerra de Secesión, que eso ya me lo sé), lo que les pasa a Tylor y a Olivia y todas las personas de su alrededor. 5 ⭐️
Autor
Jana Westwood, nació en Tarragona en 1992. Empezó a escribir cuando era una niña, aunque hasta ahora no se había atrevido a dar el salto de publicar.
Apasionada de la novela romántica, a la que no considera un género menor, su trilogía «Worthington Hall» es un homenaje a Jane Austen, una de sus autoras preferidas del siglo XIX.
Actualmente, vive en un pueblecito de la costa catalana donde trabaja en su siguiente novela.
Datos del libro
Título | La heredera |
Autor | Jana Westwood |
Editorial | Autopublicado |
Primera edición | 14 julio 2019 |
Letraherida.
Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros.
Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.