Reseña: Hier, l’oiseau veuve / Pájaro viuda ayer (Florence Vanoli)

por Ángela Serna
Publicada el 13 Feb, 2020
Pájaro viuda ayer

Suscríbete a nuestro boletín semanal

Recibirás cómodamente en tu correo nuestro boletín semanal con reseñas, novedades editoriales, recomendaciones, series literarias, sorteos y mucho más.

quiero suscribirme

 

Impresiones de lectura

 

 

Hay libros que vuelven una y otra vez

 

 

Hier, l’oiseau veuve, traducido al español por Aurora Cuadrado Fernández con el título Pájaro viuda ayer, es el libro que hoy traigo hasta aquí para invitarte a acercarte a una poeta francesa, autora polifacética, con una producción rica y muy interesante. Me refiero a Florence Vanoli. 

 

 

Este libro, parte de un todo más amplio, fue publicado hace años en edición bilingüe (de la mano de Roberto Lastre)  por la editorial vitoriana Arte Activo, y es tan solo la punta de un gran iceberg, ya que el poemario completo contiene unos 90 poemas (o fragmentos de un extenso poema).

 

 

Pájaro viuda ayer me asalta de nuevo desde las páginas de Cómo salir del palimpsesto (retrato de un poeta), mi último libro publicado. Esta presencia viene a recordarme que la buena poesía no tiene fecha de caducidad y que este poemario, muy importante en su día para su autora y también para mí, conserva, a pesar de los años, su fuerza y su riqueza expresiva, dignas de ser conocidas por los lectores de poesía. Por esta razón, y porque quiero llamar la atención sobre esta autora «total», el poemario citado se abre paso entre estas impresiones de lectura que, desde hace unos meses, vengo ofreciéndote.

 

 

Tres palabras, solo tres: pájaro, viuda, ayer.

 

 

El pájaro, que representa el vuelo, la libertad, es a menudo utilizado en la poesía francesa para representar la POESÍA.

 

Viuda, por su parte, transmite una idea de pérdida, de soledad…

 

Y Ayer remite directamente al pasado.

 

Ahora bien, en Florence Vanoli las palabras escapan siempre a su significado habitual cargándose de significados nuevos. Sobre todo porque aquí se trataría NO tanto de tres palabras independientes, como de tres elementos que constituyen un único término, algo así como pájaroviudayer. Un término nuevo y una nueva realidad en la que la gramática y la lógica no siguen las normas impuestas por la gramática ni por la lógica:

 

 

La gramática está al servicio de la poesía y no al revés, y la lógica es aquí analogía. Tampoco el tiempo, los tiempos, son lo que habitualmente son: así «Ayer» es (o puede ser) hoy y, sobre todo, mañana.

 

 

Todo resulta sorprendente en este poemario. No puede negarse que ya desde el título se desprende, además de un cierto desconcierto por la fusión del sustantivo pájaro y del adjetivo viuda,  y por esa sensación de melancolía, de tristeza, de dolor: un sentimiento de pérdida, de soledad… en lo que insisten los primeros versos:

 

 

Un hombre solo 

camina mordiendo el cielo 

las cenizas 

camina 

un hombre mordiendo el cielo solo

las cenizas 

solo camina el cielo 

mordiendo al hombre en tierra 

las cenizas 

pájaro viuda  

 

 

Los versos de Florence contenidos en este libro se construyen desde un léxico de lo oscuro: Reventó la membrana negra de la escritura.

 

 

Un léxico de lo precario: detrás de sí o no una pizca de sí desvanecida.

 

 

Un léxico de la derrota: fina pared de gritos caídos en la escuadra del deseo.

 

 

Un léxico de la pérdida: ser o no este nombre ausente ahora aquí.

 

 

Léxico que se carga, más si cabe, de sentido, de sentidos, por la sintaxis rota y cambiante a la que Florence Vanoli somete al verso.

 

 

Una primera lectura de estos poemas, huérfanos de puntuación, puede producir en el lector un cierto desconcierto, un desasosiego. Incluso, a veces, una sensación de ahogo. Pero esto ocurre hasta que encontramos las claves, o algunas claves, para caminar por ellos. En ese momento, lo mejor es desandar el camino y volver a empezar. Es entonces cuando comienza nuestro verdadero viaje por este pájaro viuda que, en lo que se interpreta como un error gramatical, muestra cómo «interiormente lo masculino y lo femenino cohabitan siempre», al tiempo que pone en evidencia las reglas del juego de la autora: unas reglas que van más allá de la gramática pues Florence se relaciona con el lenguaje transformando géneros, anulando barreras funcionales, generando, articulando y midiendo desde normas impuestas por la existencia, desde las pulsiones, avanzando o retrocediendo siempre desde la grieta, desde el abismo, y sorteando todos los obstáculos.

 

 

Florence escribe desde la entraña del lenguaje: desde la experiencia, la memoria, la fisura, la cicatriz: es decir desde las marcas de la vida: desde ese lugar de incandescente lava idóneo para escribir, desde el que escribir.

 

 

Florence asume riesgos en su escritura, como los asume en la vida y, por medio de metáforas atrevidas y de una sintaxis fracturada, consigue trasladar al papel las diferentes etapas de un viaje a la profundidad del ser y del estar, desde la profundidad del ser y del estar.

 

 

Para Florence Vanoli «la poesía es una vela en una habitación, el momento en que soplamos esa vela y todo se vuelve negro: la habitación, el mundo, la vida». Y escribir es «componer con esa oscuridad, buscar a tientas, avanzar, renunciar o simplemente atreverse». Afirmaciones que no eluden el riesgo a la caída, pues Florence sabe que su escritura deposita en la página «un lenguaje lleno de cenizas…, de ángulos líquidos, de alas, como si vivir fuera una catástrofe natural o un milagro cotidiano». 

 

 

Tres palabras, solo tres, para atrapar en unas cuantas páginas la soledad, la enfermedad, el deterioro, la muerte. Toda una vida y la experiencia de esa vida condensada en unas palabras que actúan a veces como látigo, otras como bálsamo, siempre desde una voz ronca, ruda, capaz de emocionarnos porque advertimos que detrás de esa «máscara» hay una fragilidad que, a pesar de la autora, deja ver el otro lado de las palabras.

 

 

*

 

 

Espero que encuentres en este libro el aliento que buscas… Por la parte que me toca, dada mi vinculación con la poeta y con el libro, agradezco desde aquí el bello gesto de Roberto Lastre al publicar en su editorial un poemario de tanta calidad como este. A Aurora Cuadrado, el esfuerzo de traducción que realizó en su día y que hace posible hoy que este «pájaro viuda ayer» pueda llegar a muchos más lectores. 

 

 

Para terminar, te invito a buscar información sobre esta autora y si tienes ocasión de escucharla recitar, no la pierdas. Dejo aquí un enlace que, probablemente, te lleve a otros, en él se da cumplida cuenta de la creación diversa de esta mujer:

 

https://www.florencevanoli.org/ 

Cuéntame qué opinas

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

En Escaparate Literario cumplimos el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD)

Responsable: Elías García Díaz

Finalidad: Gestionar los comentarios de nuestro blog

Legitimación: Tu consentimiento

Destinatarios: Los datos que nos facilitas están alojados en los servidores de la empresa 1&1 Internet España S.L.U.

Ver la politica de privacidad de 1&1 Internet España S.L.U. ( https://www.1and1.es/terms-gtc/terms-privacy/)

Derechos: En cualquier momento podrás ejercer tus derechos, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos.

error: NO ME PLAGIES