Opinión personal

 

Desde que vi El último de los nuestros en las novedades, quise leerlo. Tener las expectativas demasiado altas no es bueno, porque nos podemos llevar grandes batacazos. No ha sido el caso, aunque tampoco ha sido el novelón que me esperaba. Pero es una novela que puedo recomendar sin temor a equivocarme.

Werner Zilch es dueño de una empresa de construcción junto a su amigo Marcus. Adoptado cuando tenía tres años por una familia americana, sus orígenes biológicos nunca le han preocupado.

Un día, mientras se encuentra comiendo con Marcus en un restaurante de Manhattan, conoce a Rebeca Lynch, hija de una familia muy rica de Nueva York.

Werner, que hasta ese momento nunca se había enamorado, está convencido de que Rebeca es LMDMV (la mujer de su vida) y consigue que ella le haga caso.

Cuando llevan un año de relación los padres de ella deciden que es el momento de conocer a su futuro yerno. Pero las cosas no salen como deberían, porque Judith, la madre de Rebeca, se desmaya cuando lo ve.

Rebeca, entonces, desaparece de su vida, y Werner tendrá que intentar averiguar todo lo posible sobre su familia biológica y la relación que existe entre él y Judith.

¿Son los hijos responsables de los errores de sus padres?

Como véis, la premisa no puede ser más apetecible. Pero la novela, a pesar de contar con estos ingredientes, no ha resultado ser el novelón que esperaba y se ha quedado en solamente una buena novela.

 

¿Qué me ha gustado?

 

• El título me encantó desde el primer momento, fue lo primero que me llamó la atención. Cuando he entendido el porqué me ha gustado muchísimo más.
• La historia alemana es una maravilla, tanto en ambientación como en personajes. Desde el bombardeo de Dresde, momento en el que nace nuestro protagonista, hasta la historia de Von Braun (que he de reconocer que no había leído nada sobre él y que no tenía ni idea de lo que era la Operación Paperclip), pasando por los campos de exterminio (con algunas escenas durísimas).
• La trama, compleja, está perfectamente armada. El último de los nuestros tiene dos hilos temporales: uno ambientado en Estados Unidos entre 1969 y 1978, y el otro en la década de los 40 en Alemania. En el primero se sigue un orden cronológico lineal y está narrado en primera persona por Werner; y en el otro, un hilo discontinuo con constantes saltos temporales, en el que utiliza un narrador en omnisciente en tercera persona. Me ha gustado muchísimo más la parte alemana que la americana, pero cuando ambas se han cruzado, las dos han pasado a atraerme por igual.
• Cómo las vidas de algunos de los personajes parecen estar unidas por lazos invisibles. Era difícil hacerlo bien sin que la autora se sacara algún as de la manga, y lo consigue con facilidad, con unas historias que van fluyendo con naturalidad sin que en ningún momento chirríe por ningún sitio.
• Maneja con soltura los cambios de narrador y posiblemente por eso, por conocer en primera persona lo que piensa, Werner me ha provocado ese rechazo que he sentido hacia él durante muchos capítulos.
• La aparición de personajes históricos del momento y algunas anécdotas sobre ellos.
• Cómo ha ido dosificando la intriga y el suspense hasta que ha llegado al clímax y he descubierto lo que le había pasado a Judith.
• Tiene algunos giros narrativos que me han dejado con la boca abierta.
• Cómo ha plasmado la imprecisa línea que separa el bien del mal en la vida de Werner.
• El desenlace es inesperado y me ha parecido que lo ha resuelto de una manera brillante.

 

 

¿Qué «me» ha fallado?

 

• Me han sobrado muchas páginas en el inicio de la trama americana. Creo que si hubiese recortado un poco la historia de amor entre Werner y Rebeca el libro hubiese sido perfecto.
• Esa historia de amor me ha parecido tóxica durante muchísimos capítulos, lo que ha hecho que no empatice con ellos. No he entendido sus reacciones y me han resultado «antipáticos» durante casi toda la novela.

 

 

El último de los nuestros es una novela que me ha gustado muchísimo, a la que para mi gusto le sobran páginas, con una trama compleja en la que todas y cada una de las piezas terminan encajando en su lugar correspondiente, con unos buenos personajes (aunque no haya terminado de entender a los protagonistas) y con un desenlace inesperado. Una novela muy recomendable.

 

 

¿La has leído? ¿Te ha gustado? Cuéntanos tus impresiones.

 

 

Autor

Adélaïde de Clermont-Tonnerre es una periodista y escritora afincada en París. Ya conquistó a la crítica francesa con su primera novella (Fourrure), que ganó cinco premios literarios y quedó finalista del prestigioso Goncourt.

El último de los nuestros es su segunda novela, con la que ha ganado el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa.

 

Datos del libro

 

Título	El último de los nuestros
Autor	Adélaïde de Clermont-Tonnerre
Editorial	Roca Editorial
Primera edición	5 abril 2018