Reseña: El guardián invisible (Dolores Redondo)

por Montse Martín
Publicada el 2 Dic, 2019
El guardián invisible

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Opinión personal

 

 

El guardián invisible es la primera parte de una trilogía que continuará con Legado en los huesos, que aparecerá a finales de año, y terminará con Ofrenda a la tormenta.

 

En él conocemos a Amaia Salazar, que ha abandonado Elizondo por problemas personales para irse a estudiar a Pamplona. 
Casada con James, un escultor de renombre, desde hace cinco años, es inspectora de homicidios. 
La aparición del cuerpo asesinado de una adolescente la hace regresar a su lugar de origen. 
Y allí tendrá que enfrentarse a los fantasmas de un pasado que hubiera preferido no tener que volver a revivir nunca más.

 

Compré este libro porque esta editorial JAMÁS (y lo pongo con mayúsculas conscientemente) me ha fallado en cuanto a novela negra se refiere. Gracias a ella conocí a mi paisano, Lorenzo Silva, el año pasado a Thilliez (El síndrome E Gataca) y a Bentow (La huella del pájaro). 

 

En el mismo momento que supe que apostaban por esta autora no tuve ninguna duda de que iba a acertar y después de leerla estoy convencida de que se va a convertir en uno de los fenómenos editoriales del año. 

 

Antes de empezar con la reseña propiamente dicha, y como es costumbre en mi últimamente, voy a hacer una puntualización; esta novela es magistral, pero para mí (es algo personal, una manía mía), la ha estropeado con el «diez horas más tarde», «cuarenta y ocho horas más tarde», «quince días después», «dieciocho días después»… En un par de páginas no se puede resumir lo que ha pasado posteriormente a la finalización del relato. 

 

Por eso no tiene un diez, porque merecérselo se lo merece (y si me apuráis, un 12), pero esa forma de terminar siempre me ha chirriado (y en este caso aún más, porque un problema que tiene la protagonista, y con el que he sufrido con ella a lo largo de la novela, lo solventa en una línea; y eso me ha cabreado mucho, muchísimo; imagino que lo desarrollará en Legado en los huesos, pero para eso tengo que esperar un año; hubiera preferido quedarme con la duda, porque no es algo fundamental en la historia).

 

La portada, como todas las de esta colección, es irresistible. El título alude al basajaun, el guardián del bosque, porque como todo ser mitológico nadie lo ha visto; suele ser inofensivo para los humanos.

 

Ambientada en Pamplona y Elizondo, la novela, que se desarrolla en unos pocos días en la actualidad, aunque se van intercalando hechos que sucedieron en 1989, está estructurada en 43 capítulos y un glosario (necesario, porque en ella aparecen muchos términos en euskera, aunque la mayoría de ellos tienen su traducción dentro del texto y de otros sabemos su significado por el contexto).

 

Escrita en tercera persona, con un narrador omnisciente, con un estilo sobrio, directo y sencillo, el que se  intercalan diálogos y descripciones, siguiendo un orden cronológico discontinuo en el que se mezclan pasado y presente, la trama, muy sólida, está  muy bien engarzada, uniendo a la perfección los episodios antiguos que marcaron la vida de Amaia con los de la actualidad.

 

El ritmo ágil, sin altibajos, manteniendo la intriga y la tensión hasta el final, con unos giros argumentales soberbios, que nos hacen permanecer pegados a sus páginas sin poder soltarlo hasta que no leemos la última letra.

 

Los personajes redondos, sobre todo los femeninos. Dolores Redondo ha creado una galería de «retratos» de mujeres con carácter, fuertes, dominantes en algunos casos, que nos recuerdan los matriarcados del norte de España, fundamentalmente del País Vasco y de Navarra. 

 

    • Amaia Salazar, inspectora de homicidios de la Policía Foral de Navarra, posiblemente sea el más contradictorio, porque realmente es frágil, aunque por su trabajo tenga que aparentar ser dura; es un personaje que marca, que nos deja huella, porque no es de cartón-piedra, es una mujer de carne y hueso, real. Solamente he leído un libro de la trilogía, faltan dos, y ya me da pena que Amaia nos vaya a durar tan poco tiempo.

 

    • Su hermana Flora, la heredera del negocio familiar, es la mala malísima; jamás imaginé que pudiera existir alguien que fuese tan mala persona, tan manipuladora y sin corazón.

 

    • Ros, o Rosaura, la otra hermana, sometida por Flora, hasta que decide rebelarse. La tía Engrasi es como una madre para Amaia, la cabeza de familia.

 

Los personajes masculinos también muy bien caracterizados, aunque quedan eclipsados por la fuerte personalidad de todas las mujeres que aparecen en la novela. 

 

Lo realmente importante de esta obra son sus personajes y la disección psicológica que la autora hace de ellos; la resolución de los asesinatos es secundaria; lo fundamental son las extrañas relaciones familiares de la familia Salazar y como algunos de sus integrantes pasan a ser parte de la investigación; pero, sobre todo, el pasado de Amaia, que le provoca pesadillas nocturnas diarias, y que es, como poco, sobrecogedor.

 

Los escenarios y ambientes bien conseguidos, sobre todo los espacios exteriores, con unas descripciones del pueblo y de los bosques del Baztán impresionantes, un bosque que por momentos puede ser mágico y en otros terrible.

 

Me ha encantado, porque me vuelve loca la mitología popular, la inclusión en el texto de mitos y seres fabulosos, porque son una parte importantísima de la cultura navarra; mezclar realidad y fantasía creo que ha sido uno de sus mayores aciertos (entendiendo fantasía como leyenda, como sobrenatural). El basajaun, belagiles (brujas) y Mari, son algunos de los seres que podemos encontrarnos aquí.

 

El desenlace, lleno de giros inesperados, imprevisto, impensable y sorprendente. Una novela ¡¡¡MAGISTRAL!!!, que no ha sido perfecta por el detalle que os comenté al principio; pero como también he dicho, es simplemente una manía mía, nada más.

 

Y un párrafo con el que todos estamos de acuerdo:

 

En cada ocasión en que sobre la mesa había visto el cuerpo de un menor la había asaltado el mismo sentimiento de impotencia e incapacidad que extendía a la sociedad entera, una sociedad que en la muerte de sus menores era incapaz de proteger su propio futuro, una sociedad que había fracasado. Como ella misma.

 

 

 

Y uno que da mucho que pensar, porque hay demasiadas personas que opinan así (incluso algún juez se ha permitido absolver a un acusado de violación porque «la chica iba con minifalda»). Es lo siguiente a vergonzoso:

 

 

Digo que esas chicas son unas cualquiera, estoy harta de ver cómo visten, cómo hablan y cómo se comportan. Como busconas, da vergüenza ver cómo se comportan con los chicos; os juro que a veces, cuando paso por la plaza y las veo medio subidas sobre ellos como golfas, no me extraña que al final acaben así.

 

 

Autor

 

 

Dolores Redondo (Donostia-San Sebastián, 1.969) estudió Derecho y Restauración gastronómica, y durante algunos años se dedicó a distintos negocios. 
Comenzó escribiendo relatos cortos y cuentos infantiles, y la novela Los privilegios del ángel. Vive en la ribera navarra, donde ya está escribiendo su próxima obra con la inspectora Amaia Salazar como protagonista y que es la segunda entrega de su trilogía del Baztán. 
El guardián invisible es ya un fenómeno editorial con su próxima publicación en diez lenguas y la venta de los derechos cinematográficos al mismo productor que apostó por la trilogía Millennium, de Stieg Larsson.

 

 

 

Datos del libro

 

 
Título El guardián invisible
Autor Dolores Redondo
Editorial Destino
Primera edición 15 enero 2013
Serie Amaia Salazar

 

 

 

 

 

 

Esta reseña se publicó originalmente el 25 de enero de 2012 en el blog Con el alma prendida a los libros (ya cerrado). Como no quiero perder las entradas ni las sensaciones que me dejaron las novelas reseñadas allí, la recupero en esta web sin moverle ni una coma.