Reseña: Dieciocho meses y un día (Paz Castelló)

por Montse Martín
Publicada el 28 Feb, 2018
Dieciocho meses y un día

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Opinión personal

 

En la nueva novela de Paz Castelló, Dieciocho meses y un día, conocemos a Sabina Lamer, una pintora de cuarenta y cinco años de gran prestigio que lleva encerrada en su ático de Peníscola casi un año y medio por la agorafobia que sufre desde que presenció el asesinato de su mejor amiga, Lola, a manos de su expareja. Además, al poco tiempo, Roberto, su pareja, sufrió un accidente practicando parapente y aunque está vivo tiene la edad mental de un niño de diez años.

Estas dos «pérdidas» con menos de tres meses de diferencia la han llevado a encerrarse en su casa y no querer salir de allí.

Piensa que conseguirá escapar de «su prisión» cuando el asesino de su amiga sea condenado, pero resulta absuelto gracias a la coartada que le proporciona su actual novia.

Entonces Sabina decide que tiene que buscar la justicia (que no venganza) que no le han dado los tribunales.

¿Cómo puede «vengarse» si es incapaz de salir de su casa? ¿Será capaz de dar el paso de salir a la calle para llevar a cabo sus planes de justicia?

Tenía puestas muchas esperanzas en este libro porque las palabras justicia y venganza (para mí sinónimos) son mi perdición. Pero no ha terminado de llenarme como esperaba y las mismas cosas que me han gustado en algunos aspectos me han fallado. Intentaré explicaros mis sensaciones lo mejor que pueda:

 

¿Qué me ha gustado?

 

  • La dedicatoria de la novela, lo primero, que es desgarradora: A todas las mujeres asesinadas. A sus familias y amigos, que también murieron un poco a pesar de seguir viviendo. Porque en esta novela Sabina también muere, porque se entierra en vida en su casa, cuando su mejor amiga es asesinada por su exmarido.
  • Los monólogos y soliloquios de la protagonista. Dieciocho meses encerrada en su casa, solo viendo a Lucas (su marchante), a Dimitri (el chico que le lleva las compras y con el que se acuesta de vez en cuando), a Roberto (su exnovio, pero con el que solo puede mantener conversaciones «infantiles») y Griselda (la cuidadora de Roberto) han hecho que la protagonista tenga que hablar con ella misma si no quiere terminar con el poco equilibrio emocional que le queda.
  • La manera de abordar el tema de los malos tratos. Lola nunca quiso admitir ante sus amigos que era una mujer maltratada, y sus amigos, por miedo a perderla, miran hacia otro lado y no los denuncian. Eso es lo que hacemos todos cuando conocemos algún caso de este tipo: es algo que no nos incumbe, que no nos afecta, por lo tanto tiene que solucionarlo la persona que lo sufre (y que la mayoría de las veces ni siquiera sabe que es una mujer maltratada y si lo sabe no es capaz de afrontarlo sin ayuda pero, a la vez, no tiene fuerzas ya para pedirla).
  • Cómo nos mete en la piel de Sabina y sus deseos de justicia. La única manera de salir de su encierro y volver al mundo era que Eugenio fuese condenado. Una vez lo absuelven, Sabina necesita vengarse para poder ser ella misma de nuevo.
  • La incomprensión por la sociedad de las enfermedades mentales. Todas las personas empatizan con una enfermedad física, porque es algo palpable, tangible, que se ve y se nota. Pero muchos son incapaces de ponerse en la piel de un enfermo con un trastorno psiquiátrico, porque como es algo sin «evidencias físicas» parece que es algo imaginario. Sabina tiene que justificar constantemente que está enferma, que padece una enfermedad mental, que su agorofobia la incapacita para salir de casa.
  • La impotencia que nos provoca que el asesino esté libre y Sabina encerrada, y cómo la autora consigue transmitirnos la desesperación de la protagonista y que lo vivamos en primera persona.
  • El desenlace es completamente imprevisible, con un giro final que nos descoloca por completo.

 

 

¿Qué «me» ha fallado?

 

  • Los soliloquios de Sabina son excesivos y le restan mucha agilidad al libro. Cuando entraba en bucle me mareaba hasta yo.
  • No me gustan los finales abiertos. Aunque he pensado que la autora lo ha hecho para que cada uno elija el que más le convenga según sus principios y convicciones, hubiese preferido uno cerrado.
  • No he entendido el «arrepentimiento» de la protagonista y eso ha provocado que desde ese momento dejara de empatizar con ella. He sentido como si me hubiese fallado a mí.

 

Lo que tenía que haber sido una novela completamente angustiosa ha terminado siendo una novela simplemente entretenida (aunque el tema no se preste a ello), que está correctamente escrita y que me ha transmitido menos de lo que esperaba, posiblemente por ese final abierto y porque Sabina me ha resultado al final muy cansina, sus dilemas  morales han conseguido enfadarme.

 

¿La has leído? ¿Te ha gustado? Cuéntanos tus impresiones.

 

Autor

 

Paz Castelló nació en Alicante en 1970. Licenciada en Derecho, cuenta con una dilatada carrera profesional en el sector de la comunicación. Ha trabajado para la Cadena SER, Onda Cero, Ràdio 9, así como para instituciones públicas y empresas privadas como Responsable de Prensa y Relaciones Externas.

Es autora de las novelas La muerte del 9 (2013) y Mi nombre escrito en la puerta de un váter (2016).  Sus obras no escapan a una profunda visión crítica del mundo, desarrollada a lo largo de los años por su labor periodística, y mantienen un perfecto equilibrio entre misterio y sensibilidad.

 

 

Datos del libro

 

Título Dieciocho meses y un día
Autor Paz Castelló
Editorial Umbriel
Primera edición 5 febrero 2018

 

Cuéntame qué opinas

2 Comentarios

  1. marta

    Hola, pues a mi me pasó más o menos como a tí. Esperaba más, estaba segura de que me iba a encantar, pero me ha decepcionado un poco y a ratos se me ha hecho pesada…qué pena

    Responder
    • Montse Martín

      Hola, Marta:
      ¡Gracias! Porque me veía como la «rarita».
      Lo mismo que la hace buena la termina haciendo pesada, tienes muchísima razón.
      Y es una pena, porque prometía.
      Un besote.

      Responder

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