Opinión personal
Tenía muchísimas ganar de volver a reencontrarme con Marian Izaguirre, así que cuando N me subió Después de muchos inviernos botaba de alegría. Porque esta autora escribe novelas de esas que yo digo «que dan paz», que se leen por el simple placer de hacerlo. No necesitas saber quién mató a quién, ni el móvil… Simplemente te ves inmersa en un mundo donde te encuentras de golpe atrapada por la magia de las palabras.
Además, es un libro corto, que se lee en poco tiempo porque Marian escribe tan bonito que no se puede dejar de leer. Y no porque me interesara resolver el misterio del principio, sencillamente porque es un libro que te enreda entre sus páginas y no puedes escapar de la prosa de la autora, que poco a poco te va envolviendo y pasas a formar parte de la historia.
Después de muchos inviernos es una historia difícil de encuadrar, aunque podría catalogarse como «intimista» o de personajes, porque habla mucho de sentimientos, de sueños, de miedos, de sufrimiento, de dolor…
Ambientada en Bilbao, en Madrid, en Buenos Aires, en un pueblecito de Creta y en Estados Unidos, la novela está estructurada en una especie de prólogo y diecisiete capítulos de extensión corta (en los que se van alternando el punto de vista de Henar y Martín, y que están perfectamente datados y situados espacialmente), siguiendo un hilo cronológico discontinuo, y abarca un período temporal desde 1959 hasta 1987.
Vamos a ver por qué os la recomiendo:
¿Qué me ha gustado?
- Un prólogo contado por un narrador objetivo que, como si de una cámara fotográfica se tratase, nos describe un asesinato. Desde ese momento la historia ya nos engancha.
- Pero la Izaguirre se vale de ese crimen para montar una novela en la que, conforme vamos leyendo, esa historia se va diluyendo y deja de ser importante, porque la historia de amor entre Martín y Henar le quita todo el protagonismo. El homicidio es una mera excusa para contarnos lo realmente importante: la vida de Martín y Henar.
- Los temas tratados, muchos y muy variados, desde el amor a la amistad, pasando por la ambición, la codicia, la lealtad y la infidelidad, además de los malos tratos. Pero, sobre todo, las diferentes formas de entender el amor según cada personaje. Porque en Después de muchos inviernos se dan cita diversas historias de amor.
- La manera en la que la Izaguirre ha conseguido convertir en extraordinaria la cotidianeidad. Una historia de amor común y corriente (porque que dos personas de clases sociales diferentes se enamoren no es lo normal, pero tampoco es algo atípico) que ha convertido en algo único. Y la evolución de esa historia de amor con el paso del tiempo y con el crecimiento de los personajes (tanto en edad como en carácter).
- La manera en la que ha ido poniendo al descubierto todo lo que escondía, bajo el aparente manto de una historia de amor ideal, la relación de Henar y Martín porque, como en todas las parejas, nada es idílico. Y todo es según el color del cristal con que se mira.
- Una estructura perfecta, en la que cada capítulo está narrado en primera persona por uno de los dos protagonistas, excepto el «prólogo», que lo está por un narrador objetivo en tercera persona.
- Y esos protagonistas van narrando en presente y en pasado, sin cortes de ningún tipo. Me parecen unos cambios de tiempos verbales muy arriesgados pero de los que sale muy airosa, igual que con las elipsis, los flashbacks y las narraciones en diferido. Lo mismo sucede con los saltos espacio-temporales, hechos con gran destreza narrativa.
- Que se vayan alternando capítulos narrados por cada uno de los dos protagonistas ha posibilitado que yo fuese variando de opinión con respecto a uno y a otro según quién me fuese contando su versión de los hechos. Aunque, he de reconocer que, sin ninguna duda, me quedo con Henar.
- Lo poliédricos que son todos los personajes que aparecen en la novela, sobre todo Henar y Martín, llenos de luces y sombras, perfectos gracias a todas las imperfecciones que tienen. Henar es una «niña bien» que se enamora de Martín, un chico humilde, y deciden ponerse el mundo por montera y huir para amarse sin que sus familias interfieran. Pero ni Henar es tan tonta y tan frívola como parece, ni Martín es el pobrecito mantenido que conocemos al principio. Además, están acompañados por un elenco de personajes a la altura, como Luca, Clara, Celia o Rute y su peculiar forma de hablar. Luca fue mi favorito desde el principio y entre todos lo elijo a él, por encima de Henar; un secundario de auténtico lujo.
- Que se hace un guiño a sí misma y titula uno de sus capítulos La reina de Chipre en Buenos Aires, y La reina de Chipre es el título de un libro suyo.
- La parte metaliteraria, porque Martín se está iniciando como editor, y las menciones de libros y autores de la época. Visto en perspectiva provoca risa la poca visión comercial que tuvo Maximiliano, el jefe de Martín, que no quería apostar ni por mujeres ni por autores sudamericanos (El túnel de Sabato tiene un peso muy importante en la trama).
- La ambientación, fundamentalmente todo lo relativo al cine y a su vestuario. Y cómo gracias a su habilidad para el diseño, Henar deja de ser una niña rica consentida y se convierte en una mujer adelantada a su tiempo y que se vale por sí misma, sin depender de ningún hombre. Respecto a ese diseño de vestuario, ha sido todo un acierto que mencione algunas obras concretas del Prado para que todavía podamos visualizar mejor lo que nos están describiendo.
- El desenlace, que aunque desde el principio sabemos la «situación» de Henar, no por ello me ha resultado menos emotivo, a la vez que enternecedor.
¿Qué «me» ha fallado?
- Me hubiese gustado que una de las tramas me la diera cerrada y no tener que elegir con cuál de todas las opciones me quedo. Pero entiendo perfectamente que la autora nos ponga a nosotros en esa tesitura y que ella no se decante por ninguno de los personajes implicados y los trate a todos por igual.
- Al leer la sinopsis pensaba que el contexto histórico iba a tener más peso, pero la autora da apenas unas pinceladas. En un libro de poca extensión es posible que no sea necesario más, pero a mí me ha faltado que tuviese más importancia.
Resumiendo, que dice el Maestro: Después de muchos inviernos de Marian Izaguirre es una novela llena de sentimientos y con momentos trágicos, apasionantes y muy humanos, con una estructura muy original que conforma una trama muy sólida, con un estilo impecable que nos enreda, y un final conmovedor y muy tierno. Muy recomendable 4,5 ⭐️.
Las historias ajenas nos liberan siempre de la cárcel del yo.
Autor
Marian Izaguirre nació en Bilbao y en la actualidad reside entre Madrid y Barcelona. En 1991 vio la luz su primera novela, La vida elíptica, con la que obtuvo el Premio Sésamo.
Desde entonces ha publicado Para toda la vida (1991), El ópalo y la serpiente (1996), que le valió el Premio de Andalucía de Novela, La Bolivia (2003, Premio Salvador García Aguilar) y La parte de los ángeles (2011), merecedora del LVII Premio Ateneo-Ciudad de Valladolid.
También es autora de la colección relatos cortos La reina de Chipre (2015, Premio Caja España).
En 2013 Lumen publicó su novela La vida cuando era nuestra, traducida a diez lenguas y que tuvo una espléndida acogida por parte del público y la crítica, tras la cual siguieron Los pasos que nos separan (Lumen, 2015), la edición revisada de El león dormido (Lumen, 2015, que había obtenido en 2005 el IX Premio de Novela Ciudad de Salamanca), y Cuando aparecen los hombres (Lumen, 2017).
Después de muchos inviernos es su última novela.
Datos del libro
Título | Después de muchos inviernos |
Autor | Marian Izaguirre |
Editorial | Lumen |
Primera edición | 3 octubre 2019 |
Puedes encontrar a Montse Martín en Lector Cero. Si quieres un informe literario o una corrección de tu novela, puedes contactar con ella aquí.
Letraherida.
Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros.
Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.
No sabía que había sacado nuevo libro! Y si encima lo pones así, como para no querer leerlo!
Besotes!!!
Hola, Margari:
Es una maravilla, como todo lo que escribe la Izaguirre.
No dejes de leerlo.
Besos.