Opinión personal

 

Esta reseña la hago más por obligación que por gusto, porque malditas las ganas que tengo de hacer un post hablando de una novela que se ha ido desinflando a cada página que pasaba y que tiene un desenlace para tirarse de los pelos o arrancárselos al autor. Pero El triciclo rojo lo cogí de edición anticipada y tengo que dejar mi opinión. Así que aquí está.

Noah Wallace, un brillante analista criminal, hace cinco años que no pone los pies en el escenario de un crimen, desde que su esposa tuvo un accidente en el que perdió la vida.

Pero su nombre y el de su amigo Steve Raymond aparecen en una investigación en Quebec (Canadá), donde han encontrado dos cadáveres.

La puesta en escena se parece mucho a la de un asesino que ambos investigaron, pero murió hace cinco años. ¿Es un imitador o el homicida no murió aunque Noah presenció su muerte?

Por otro lado está Sophie, una periodista que tiene un blog en el que habla sobre misterios sin resolver, que recibe un correo para que visite la Darknet, porque allí encontrará información sobre uno de los casos que investiga.

¿Tienen alguna relación las investigaciones de Noah y Sophie?

Me gustan mucho las novelas con dos perspectivas narrativas, en los que el narrador va saltando de un personaje a otro y vamos siguiendo sus peripecias y viviendo lo mismo que ellos viven.

Y más aún cuando veo que esas dos tramas poco a poco se van acercando y tengo claro que van a terminar confluyendo y que ambas forman parte de una misma historia.

Pero aquí –no sé si porque es la primera novela y el autor está muy verde, porque tiene demasiadas referencias literarias y cinematográficas y se ha liado y ha convertido todo en un batiburrillo, o porque se le ha ido la cabeza totalmente en el desenlace–, me he llevado un gran batacazo, pero de los grandes.

 

 

¿Qué me ha gustado?

 

• El punto de partida es bueno: un asesino que juega con alguien relacionado con la policía (en este caso un analista criminal) dejándole mensajes y que le habla a través de sus obras. Y ese asesino está muerto y el nuevo tiene el mismo modus operandi. ¿Murió realmente el primero y este es un imitador? Hasta aquí todo bien, no es algo novedoso pero es bueno como premisa.

 

• Lo de una periodista investigando casos archivados tampoco es novedoso, pero puede ser el contrapunto perfecto: dos personas investigando hechos aparentemente dispares, pero que intuimos que en algún momento se van a encontrar y van a converger sus tramas.

 

Pero aunque parte de unas premisas buenas, la trama se le va completamente de las manos rápido. Vamos punto por punto:

 

 

¿Qué «me» ha fallado?

 

• El autor ha querido hacer un homenaje a sus novelas y películas favoritas y lo que ha conseguido es hacer un batiburrillo que no hay dios que lo entienda. Tanta referencia me ha estomagado.

 

• Los títulos de los capítulos protagonizados por Noah son de «tengo un gran vocabulario y te lo voy a demostrar». ¿Qué coños pinta en una novela de este tipo la palabra calipigia? Y que conste que las hay peores, como zetético o luliberina.

 

• Con el único personaje que he empatizado un poco es con Sophie, pero porque están todos muy mal caracterizados y son todos demasiado planos, no transmiten emociones.  No se puede sustentar una novela en los «problemas psicológicos» de uno de los protagonistas, porque eso termina agotando al lector. Todos los demás también tienen que estar bien perfilados, tanto física como psicológicamente.

 

• Los diálogos que mantienen entre ellos y, sobre todo, las pullas son de patio de colegio. Es como si tuviésemos los cimientos de una obra y no hubiésemos terminado de rematarla.

 

• Las escenas del final, que no pueden ser más escabrosas, entiendo que las ha hecho tan vívidas para darle sentido a la novela, pero creo que la mayoría se las podía haber ahorrado. Cuando hay menores abusados hay que tener un poco más de sensibilidad.

 

• Y llegamos al desenlace, que es para ponerle banda de música. Lo que hasta este momento parecía una novela de suspense (mejor o peor llevado según los momentos) degenera en algo conspiranoico que termina de cargarse por completo la historia. Que de todas formas era el único final posible, porque con el quilombo que ha montado y todas las ideas que ha ido soltando a lo largo de la novela era imposible cerrar todos los cabos sin un final peregrino.

 

 

Resumiendo, que dice el Maestro: El triciclo rojo era una novela que prometía por su sinopsis y al final lo único cierto de todo el libro es su título. Para olvidar.

 

¿La has leído? ¿Te ha gustado? Cuéntanos tus impresiones.

 

 

Autor

 

Vincent Hauuy vive en Canadá con su familia.

Se reconoce fan absoluto de Stephen King, Tolkien y George R. R. Martin y, como creador de videojuegos, le gusta fabricar rompecabezas, idear intrigas y dar vida a los personajes de su mundo ficticio.

Su primera novela, El triciclo rojo, ha sido galardonada con el premio Michel Bussi al mejor thriller francés de 2017.

 

 

Datos del libro

 

Título	El triciclo rojo
Autor	Vincent Hauuy
Editorial	Grijalbo
Primera edición	7 junio 2018