Reseña: El Filatelista (Nicolas Feuz)

por Montse Martín
Publicada el 18 Ene, 2025

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Opinión personal

 

 

Encender el ordenador un sábado por la mañana cuando tengo los libros de Oates, Kristoff y Whitaker esperando en papel, además de El grito en digital en N, me da una pereza infinita. Pero tengo un cabreo superlativo y si no os cuento lo que me ha parecido El filatelista de Nicolas Feuz es posible que envenene a toda la humanidad.

 

 

Porque, como bien sabéis, los libros ni los regalan ni nacen en macetas, y si puedo ahorraros 21,90 euros (11 en digital) pues yo feliz. Esta web, igual que antes el blog Con el alma prendida a los libros, sirve para recomendar y, en este caso y en otros, «desrecomendar» libros. Por eso estoy aquí cuando no debería.

 

 

 

En esta ocasión, y por primera vez desde que reseño, HABRÁ DESTRIPES (pero avisaré antes), por si no queréis seguir leyendo. Pero es la única manera de poder explicaros el reputísimo desastre que es este libro. Lo publicitan como «El gran descubrimiento de Dicker como editor». Si este es el mejor no puedo llegar a imaginar cómo será el peor; le recomiendo que se dedique al macramé, porque no lo ha sabido hacer bien.

 

 

 

Pero no solo eso. Alfaguara, con todo su coño moreno, miente en la sinopsis. Y esa sinopsis fue la que me llevó a comprar este libro pensando que iba sobre un asesino en serie que iba regando de cadáveres Suiza. Pero ni asesino en serie ni la recontrarreputísima que parió a Feuz, a Dicker y al que asó la manteca.

 

 

 

Aunque no solo ellos tienen la culpa. 

  • Le Mond dice: «Un thriller filatélico sangrante». ¿Perdona? ¿Sangrante? Sangrante es que yo haya pagado 21,90 por este libro que es una auténtica tomadura de pelo y que se ríe en la cara de los lectores habituales de género.

 

 

  • Epic Magazine, sin darse un pijo de importancia, suelta: «Con una trama bien elaborada, unos personajes memorables y un escenario cautivador, la novela es una lectura obligada para los aficionados del género». ¿Disculpa?
    • Feuz intenta una trama compleja, pero el hilo temporal del pasado da demasiadas pistas sobre el presente.
    • Lo de personajes memorables es para echarle de comer aparte: ni siquiera la protagonista da de sí.
    • El escenario cautivador se queda en nada, solo en una sucesión de nombres de ciudades que lo único que hacen es romper el poco ritmo que tiene.
    • Por último, lo de lectura obligada sirve únicamente para tener claro cómo no se debe escribir un thriller.

 

 

  • Les petites lectures de Scarlett se viene arriba y escribe: «Un misterio sórdido, meticulosamente planeado, con una escritura afilada, incisiva y adictiva, y un final inesperado y controvertido. Un thriller oscuro, muy bien construido, con ritmo, pistas falsas y un buen tratamiento de la psicología de los distintos protagonistas. Un auténtico hallazgo».
    • Scarlett y yo hemos debido de leer una novela diferente, porque lo del final inesperado da muchísima risa, de oscuro tiene lo mismo que yo de carmelita descalza, el ritmo es más lento que el de un vals, y la psicología de los distintos personajes ni está ni hay visos de que aparezca.

 

 

 

Vamos al lío, que hoy voy a ser muy breve. Recordad que esta entrada CONTIENE DESTRIPES.

 

¿Qué «me» ha fallado?

 

 

  • Antes de empezar quiero hacer una puntualización: creo que hoy sobran las comillas del «me». Todo lo que digo es objetivo y no tiene nada que ver conmigo como lectora, solo tiene que ver con la obra.

 

 

 

  • Lo primero, las 2 mentiras que Alfaguara ha colado en la sinopsis:

 

    • «…paquetes que gotean sangre». MENTIRA, así, en mayúsculas y en negrita. Solo aparece un paquete que gotee sangre. Nos lo han querido vender como un asesino en serie y esto es otra cosa.

 

 

    • «Desde hace veinte años en el misterio por unos terribles acontecimientos que nadie parece recordar». Según los créditos del libro (y según GR) este libro se publicó en 2023. Teniendo en cuenta que la trama del pasado se desarrolla en 1984, a mí me sale que han transcurrido 39 años, no 20. Pero no solo eso, porque el libro podría estar ambientado perfectamente en 2004 (aunque sería bastante chocante que no pusieran la fecha); es que los personajes que en 1984 tienen entre 10 y 12 años, en la actualidad tienen 50. No sé a vosotras, pero a mí me siguen saliendo casi 40 por cualquier lado que lo mire. Si las editoriales no se preocupan ya ni por las mentiras/fallos de las contracubiertas es que nos han perdido completamente el respeto y les damos igual. Si no saben contar, ¿cómo van a saber editar y corregir?

 

 

  • Los dos hilos temporales (uno que sucede en 1984 y otro en el presente, que se divide en dos: uno en la actualidad y otro 6 meses atrás). Esta estructura podría haberle dado mucho juego (aunque todos los habituales sabemos que si hay algo que transcurre en el pasado, es la historia del asesino para que empaticemos con él). Bueno, pues el señor Feuz da taaaaaaaaaantas pistas que es bastante fácil adivinar quién es quién en la actualidad.

 

 

  • El ritmo de la novela es bastante lento porque en este caso no ha funcionado bien el cambio de escenarios y personajes. Además, se ve constantemente ralentizado por una infinidad de datos que no nos aportan nada como lectores. Por ejemplo, lo de explicarnos cada unidad de la policía suiza, cada procedimiento y cada… Me ha resultado agotador.

 

 

 

  • Lo de los personajes es de traca. Ninguno está bien caracterizado y salvo que la protagonista vive «atormentada» por unos hechos del pasado, que tiene muchísimo sobrepeso y que es muy desagradable, no sabemos más. Feuz no explora adecuadamente sus conflictos emocionales, lo que la convierte en un personaje distante y bastante desagradable.

 

    • A ver, tenemos, un montón de personajes que son unos clichés andantes y que en este caso sí que me han molestado (bueno, es que de El filatelista me ha enervado todo). Tenemos, como no puede ser de otra manera, el genio informático para que sospechemos de él desde el momento en el que aparece; el policía suspendido que se ha convertido en un alcohólico; el policía mujeriego, el asesino víctima de acoso en la infancia… Son todos unos clichés con patas.

 

 

  • La ambientación es para darle de comer aparte. Una sucesión de nombres de calles, de nombres de ciudades, de… Estomagante es poco. Feuz no logra transmitir la atmósfera oscura y opresiva que una trama de este tipo requiere y es como si los escenarios fuesen de cartón piedra, porque en algún sitio debe situar a unos personajes que parecen estar hechos del mismo material.

 

 

 

  • Ni siquiera el procedimiento judicial (el autor es fiscal) me ha terminado de convencer, porque por un lado pinta a la policía ginebrina como corrupta, pero por otro se salta el procedimiento cuando le parece. O estamos a las duras o a las maduras, pero no se puede estar en misa y repicando.

 

 

 

  • En cuanto al desenlace, se ve venir desde el tren y, además, no es que sea poco creíble, es que es completamente inverosímil. Es previsible porque, como ya he adelantado, en el hilo temporal del pasado se dan las suficientes pistas como para que averigüemos quién es el asesino y por qué mata.

 

 

 

Respecto a lo inverosímil, este apartado CONTIENE DESTRIPES: ¿alguien con un CI superior a 2 se puede creer que 3 personas que trabajan juntas desde hace años no se han reconocido en los niños que fueron hace 40? Yo me he encontrado con personas de cuando yo tenía 10/12 años que me han preguntado si soy Montse después de muchísimos años sin vernos. Y es lo normal. Lo sorprendente es que ni Ana ni Morin hayan reconocido a Mitch. Lo de Ana podría llegar a entenderlo (haciendo un esfuerzo sobrehumano que me costaría la vida) porque comparte con él un secreto que ha podido bloquearle la mente, pero para creerme lo demás tengo que hacer no un acto de fe, me tengo que encomendar al santoral entero. 

 

 

 

Resumiendo, que dice el Maestro: a 18 de enero os puedo asegurar que El Filatelista de Nicolas Feuz va a estar en el top 3 de los peores libros que lea este año. Aunque parte de una premisa prometedora, la ejecución deja mucho que desear: un hilo temporal revienta al otro, lo que la convierte en previsible, los giros narrativos son bastante forzados, los personajes no logran generar empatía porque no están bien trabajados, el estilo narrativo resulta demasiado frío, además de darnos demasiados datos que no aportan nada a la trama, y el desenlace es previsible y poco creíble.

 

 

 

Hacedme caso, queridas, El Filatelista de Nicolas Feuz es un libro para olvidar. Tanto que anoche, cuando lo terminé, lo puntué con 1.5 estrellas en GR. Hoy, haciendo esta reseña, me he dado cuenta de que fui extremadamente generosa. 

 

 

 

 

Autor

 

Nicolas Feuz (Neuchâtel, Suiza, 1971) ejerce como fiscal del cantón de Neuchâtel, además de ser autor de diecisiete novelas policíacas.

Por su obra Heresix recibió el Premio Évêché 2022, otorgado por la policía judicial de Marsella.

 

Datos del libro

 

 

 
Título El Filatelista
Autor Nicolas Feuz
Editorial Alfaguara
Publicación 16 enero 2025
Traducción José Antonio Soriano Marco
Serie