Gallardo y Olaya

Félix Garcia Hernán

Cava dos fosas

Javier Gallardo, a sus cincuenta y cinco años, es uno de los comisarios de policía más respetados y brillantes del país. Sin embargo, desencantado, decide aislarse un tiempo en la Vall de Boí y replantearse su futuro en el cuerpo. Allí, mientras disfruta de este retiro, tendrá que enfrentarse a una oscura y reaccionaria forma del mal con la que se encaró recién salido de la Academia y que marcó su carrera y su corazón para siempre.

Porque los inicios de Gallardo en el cuerpo, en una sociedad frágil que afrontaba sin ninguna garantía su transición hacia la democracia, no fueron fáciles. A fuerza de desengaños, pronto aprendió que el enemigo, a veces, estaba mucho más cerca de lo que podía imaginar. Treinta años después, sus adversarios, que ya creía sepultados, volverán con más inquina que nunca para saldar cuentas pendientes con un plan maquiavélico que atacará directamente a aquello que más le importa.

Con una tensión dramática digna de los mejores autores del género y una prosa directa y contundente, Félix García no da tregua al lector hasta la última palabra y lo sumerge en un viaje sin concesiones por las más oscuras trincheras del poder, para descubrir que treinta años no son suficientes para enterrar todos los demonios del pasado.

Pastores del mal

Cuando el padre Damián Isún cambió de postura para acomodarse en su cama, el corazón le dio un vuelco al palpar, bajo la colcha, el cuerpo desnudo y sin vida de uno de sus pupilos. ¿Cómo había llegado allí?

El pánico se apoderó de él y acudió a su antiguo discípulo, mosén Estanis, en busca de ayuda y refugio. El mosén no dudó en contactar con el comisario Javier Gallardo, que aunque se había retirado hacía poco del servicio, nunca podría olvidar que le debía su vida al religioso.

Así, junto al ahora inspector jefe Raúl Olaya, Gallardo intentará demostrar la inocencia del padre Damián. Juntos descubrirán una poderosa organización internacional cuya voracidad desmedida destroza y utiliza a cientos de niños y entre cuyos dirigentes se hallan destacados miembros de la banca, la política, las finanzas o la Iglesia.

Con una prosa arrolladora, directa y sin artificios, pero absolutamente adictiva, Félix García Hernán maneja, con la precisión de un relojero, o mejor, de un cirujano, una trama que nos llevará, sin un respiro, de Barcelona a Roma, Nueva York, París o Wisconsin, y lo confirma como un narrador especialmente dotado para novelas donde lo social y la denuncia conviven con la acción más vertiginosa.

Días sin sol

Tres asesinatos aparentemente inconexos requieren el regreso del comisario Gallardo que entenderá que se trata de una conspiración al estilo de «Extraños en un tren»

Tres víctimas de la crisis económica que asoló el mundo hace unos años contactan casualmente a través de una plataforma digital y deciden unir sus fuerzas para propiciar una cumplida venganza de quienes les han llevado a esa situación.

Días sin sol nos muestra un crudo retrato de esos banqueros, magistrados, funcionarios corruptos y otros personajes deshonestos que fueron los protagonistas perniciosos de una época en la que muchos pensaron que el sol ya no volvería a iluminar sus vidas.

Una vez más, con una prosa incisiva, arrolladora y precisa, Félix García Hernán se revela como un hábil constructor de tramas tan vibrantes como vertiginosas en las que, unida al indudable carisma de sus personajes, no olvida, en lo que ya es una característica común de todas sus obras, la denuncia social.

Días sin sol confirma el talento de un autor que sabe mirar con una sensibilidad especial a unos personajes llamados a perdurar en nuestra memoria.

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