Millennium (Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist)

Stieg Larsson/David Lagercrantz

Harriet Vanger desapareció hace treinta y seis años en una isla sueca propiedad de su poderosa familia. A pesar del despliegue policial, no se encontró ni rastro de la muchacha. ¿Se escapó? ¿Fue secuestrada? ¿Asesinada? El caso está cerrado y los detalles olvidados.

Pero su tío Henrik Vanger, un empresario retirado, vive obsesionado con resolver el misterio antes de morir. En las paredes de su estudio cuelgan cuarenta y tres flores secas y enmarcadas. Las primeras siete fueron regalos de su sobrina; las otras llegaron puntualmente para su cumpleaños, de forma anónima, desde que Harriet desapareció.

Mikael Blomkvist acepta el extraño encargo de Vanger de retomar la búsqueda de su sobrina. Periodista de investigación y alma de la revista Millennium, dedicada a sacar a la luz los trapos sucios de la política y las finanzas, Blomkvist está vigilado y encausado por una querella por difamación y calumnia presentada por un gran grupo industrial que amenaza con arruinar su carrera y su reputación.

Contará con la colaboración inesperada de Lisbeth Salander, una peculiar investigadora privada, socialmente inadaptada, tatuada y llena de piercings, y con extraordinarias e insólitas cualidades.

Lisbeth Salander se ha tomado un tiempo: necesita apartarse del foco de atención y salir de Estocolmo. Trata de seguir una férrea disciplina y no contestar a las llamadas ni a los mensajes de Mikael, que no entiende por qué ha desaparecido de su vida sin dar ningún tipo de explicación.

Lisbeth se cura las heridas de amor en soledad, aunque intente distraer el desencanto mediante el estudio de las matemáticas y con ciertos placeres en una playa del Caribe.

¿Y Mikael? El gran héroe vive buenos momentos en Millennium, con las finanzas de la revista saneadas y el reconocimiento profesional por parte de los colegas.

Ahora tiene entre manos un reportaje apasionante sobre el tráfico y la prostitución de mujeres procedentes del Este que le ha propuesto Dag Svensson, periodista de investigación, y su mujer, la criminóloga e investigadora de género Mia Bergman.

Las vidas de los dos protagonistas parecen haberse separado por completo, pero entretanto… una muchacha, atada a una cama, soporta un día tras otro las horribles visitas de un ser despreciable y, sin decir palabra, sueña con una cerilla y un bidón de gasolina, con la forma de provocar el fuego que acabe con todo.

Como ya imaginábamos, Lisbeth no está muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el más habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechándola: Alexander Zalachenko, Zala.

Desde la cama del hospital, y pese a su gravísimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informáticas van a ser, una vez más, su mejor defensa.

Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periódico Svenska Morgon-Posten, en horas bajas tras el descenso de las ventas y de los anunciantes, Mikael se siente muy solo.

Quizás Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que están tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth.

Pesan sobre ella durísimas acusaciones que hacen que la policía mantenga la orden de aislamiento, así que Kalle Blomkvist tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue allí, a su lado, para siempre.

Lisbeth Salander está inquieta. Ha participado en un ataque hacker sin razón aparente y está asumiendo riesgos que normalmente evitaría. Mientras, la revista Millennium ha cambiado de propietarios. Quienes le critican, insisten en que Mikael Blomkvist ya es historia.

En plena noche una llamada sorprende a Mikael: es el profesor Frans Balder, un eminente investigador especializado en Inteligencia Artificial, que afirma tener en su poder información vital sobre los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Su fuente es una joven rebelde, un bicho raro que se parece mucho a alguien a quien Blomkvist conoce demasiado bien.

Mikael siente que el azar le ha puesto sobre la pista de algo grande, quién sabe si la gran exclusiva que tanto él como Millennium necesitan.

Acechada por fantasmas del pasado, Lisbeth Salander, fiel a su estilo, tiene sus propios planes. Ha llegado la hora de que sus caminos se crucen de nuevo.

Lisbeth Salander está cumpliendo condena en la cárcel de Flodberga, en la que intenta a toda costa evitar cualquier tipo de conflicto con el resto de las presas.

Pero en el momento en el que Lisbeth se convierte en la protectora de la joven de Bangladesh que ocupa la celda vecina, la peligrosa líder de las internas la coloca en su punto de mira. 

Holger Palmgren visita a Lisbeth y le explica que ha recibido una serie de documentos que contienen información relativa a los abusos que sufrió ella en su infancia.

Salander acude a Mikael Blomkvist y ambos emprenden una investigación que puede sacar a la luz uno de los experimentos más atroces auspiciado por el Gobierno sueco en los años ochenta.

Los indicios los llevan hasta Leo Manheimer, socio en la financiera Alfred Ögren, con quien Lisbeth comparte mucho más de lo que creen.

Lisbeth Salander está preparada para la batalla final contra la única persona que, siendo idéntica a ella, es su opuesta en todo: su hermana Camilla. Pero esta vez, Lisbeth tomará la iniciativa.

Ha dejado atrás Estocolmo, lleva un nuevo peinado y se ha quitado los piercings. Podría pasar por una ejecutiva más. Pero las ejecutivas no ocultan una pistola bajo la americana, no son hackers expertas ni llevan cicatrices ni tatuajes que les recuerdan que han sobrevivido a lo imposible.

Mikael Blomkvist, por su parte, está investigando la muerte de un mendigo del que sólo se sabe que ha fallecido pronunciando el nombre del ministro de Defensa del gobierno sueco y que guardaba el número de teléfono del periodista en el bolsillo. Mikael necesitará la ayuda de Lisbeth, pero para ella el pasado es una bomba a punto de explotar.

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