Los Magos de la Pólvora
Brian McClellanPromesa de sangre
Derrocar a un rey es un trabajo sangriento. El mariscal de campo Tamas ha liderado el golpe de estado en Adro. La aristocracia decadente y corrupta ha terminado en la guillotina y el pueblo hambriento ahora tiene comida.
Pero además ha provocado la guerra en las Nueve Naciones, ataques internos de los realistas y lucha encarnizada por el dinero y el poder entre quienes suponía eran sus aliados: la Iglesia, los trabajadores y los mercenarios.
Tamas apenas soporta la presión y necesita a Adamat, un inspector de policía retirado, cuya lealtad está en juego, y a los Magos de la Pólvora que le quedan, entre ellos Taniel, su indómito y brillante hijo.
Hay quienes presagian muerte y destrucción.
Las leyendas están en boca del pueblo pero ningún hombre instruido cree en ese tipo de cosas… aunque sería mejor que lo hicieran. Los dioses también están implicados
La campaña escarlata
El ataque de Tamas a Kez termina en un desastre cuando queda detrás de las líneas enemigas, con una facción de su ejército, sin suministros, ni la esperanza de recibir refuerzos. Tamas deberá guiar a sus hombres en una temeraria marcha para defender a su país de un dios enfurecido, Kresimir.
En Adro, el inspector Adamat busca desesperadamente rescatar a su esposa. Deberá rastrear y enfrentarse al enigmático amo de Lord Vetas.
Los generales de Tamas pelean entre sí, las brigadas continúan perdiendo terreno, y Kresimir quiere la cabeza de aquel que se atrevió a dispararle en un ojo.
A Tamas y sus Magos de la Pólvora se los supone muertos, y Taniel Dos-Disparos se ha convertido en la última línea de defensa contra el avance del ejército de Kremisir.
La república de otoño
El Mariscal de Campo regresa a Adro para encontrar que, por primera vez en la historia, la capital está dominada por un invasor extranjero.
Su hijo está desaparecido y Tamas debe reunir las fuerzas para vencer a Kez.
El ejército está dividido. Las fuerzas de Kez no les dan tregua y la cúpula superior de Adro se ha vuelto contra sí misma. Alguien está vendiendo sus secretos.
El inspector Adamat busca al traidor, pero a medida que desentraña la conspiración descubrirá una verdad aterradora. Mientras Taniel-Dos-Disparos, el Mago de la Pólvora que le disparó a un dios, está huyendo.
Lo persiguen hombres que consideraba sus amigos. Deberá salvaguardar el único medio que hay para defender la nación de Kez.