El Reino de los Cuervos

Olivia Wildenstein

La casa de los aleteos

LIBERA A LOS CUERVOS, FALLON, Y ENTONCES SERÁS REINA.

Mi vida cambió cuando un oráculo vaticinó que me convertiría en reina, puesto que la curvatura de mis orejas nunca me permitió tener grandes aspiraciones.

Al fin y al cabo, yo era la mestiza sin magia a quien las bestias adoraban y los fae de sangre pura de la corte detestaban. Bueno… todos, menos uno.

Dante Regio, el príncipe de Luce, había sido el dueño de mi corazón desde que me dio mi primer beso.

Si un puñado de reliquias de hierro iban a ayudarme a derrocar al monarca de nuestro reino para que yo pudiese gobernar junto a su hermano, entonces me embarcaría en una caza del tesoro sin pensármelo dos veces.

Habría estado bien que el oráculo me hubiese avisado de que estaba a punto de liberar a un demonio alado.Y de que este se iba a obsesionar conmigo.

Quienes disfrutaron de la obra de Sarah J. Maas y Mary E. Pearson devorarán este épico romance fantástico cargado de absorbentes engaños, traiciones y amores fingidos.

La casa de los latidos

Mi intención era robarle el corazón a un príncipe… y acabé robándoselo a un rey.

Mi sueño de ascender al trono lucino me llevó a revivir a un antiguo monarca alado, el mismo al que consideré mi amigo hasta que me engañó y me encerró.

Lorcan asegura que permanezco cautiva por mi propia seguridad, pero también que le pertenezco. Está claro que haber pasado cinco siglos dormido ha hecho que el rey cuervo pierda la cabeza.

Puede que compartamos un desafortunado vínculo mental, pero cada uno somos dueños de nuestro propio destino y mi intención es alejar el mío lo máximo posible del Reino de los Cielos y sus profecías, así como de Lorcan.

Pero no he tardado en descubrir que no hay forma de escapar del posesivo monarca y, siendo sincera, ya no estoy tan segura de querer hacerlo.

Déjate llevar por el romance metamórfico que se cocina a fuego lento en la segunda parte de esta saga de fantasía cargada de traiciones desgarradoras, criaturas sobrenaturales retorcidas y hombres dominantes.