Los hijos del desastre
Pierre LemaitreNos vemos allá arriba
En noviembre de 1918, tan solo unos días antes del armisticio, el teniente d’Aulnay-Pradelle ordena una absurda ofensiva que culminará con los soldados Albert Maillard y Édouard Péricourt gravemente heridos, en un confuso y dramático incidente que ligará sus destinos inexorablemente.
Édouard, de familia adinerada y con un talento excepcional para el dibujo, ha sufrido una horrible mutilación y se niega a reencontrarse con su padre y su hermana.
Albert, de origen humilde y carácter pusilánime, concilia el sueño abrazado a una cabeza de caballo de cartón y está dispuesto a lo indecible con tal de compensar a Édouard, a quien debe la vida. Y Pradelle, aristócrata venido a menos, cínico y mujeriego, está obsesionado con recuperar su estatus social.
De regreso en París, los tres excombatientes se rebelarán contra una realidad que los condena a la miseria y al olvido. Así, Édouard pergeña una ingeniosísima estafa con el fin de vengarse de su progenitor, que siempre lo repudió por su sensibilidad y sus habilidades artísticas.
De paso quiere ayudar al fiel Albert, cuyo prurito es huir a las antípodas para olvidar a Cécile, su amor perdido. Aunque tal vez el más ambicioso sea Pradelle, que sacudirá la conciencia de Francia entera mediante una monumental operación delictiva concebida para amasar una rápida fortuna. Los escollos son considerables, pero la voluntad de los tres parece infinita.
Los colores del incendio
Ambientada entre 1927 y 1933, esta continuación de las peripecias de la familia Péricourt se inicia con el funeral del patriarca Marcel, una ceremonia multitudinaria a la que asiste todo aquel que es, o aspira a ser, alguien en París.
Sin embargo, las cosas no pintan demasiado bien para Madeleine, la heredera del ingente patrimonio familiar. Al suicidio de su hermano Édouard, el héroe desfigurado, el encarcelamiento de su exmarido estafador y la muerte de su padre, se añade la delicada situación de su hijo Paul, un niño de siete años que acaba de sufrir un horrible percance.
Así, en este momento tan vulnerable de su vida, Madeleine debe ponerse al mando de una entidad financiera con la más que dudosa ayuda de un apoderado resentido, un tío codicioso y gris con aviesas intenciones y un joven amante con ínfulas de periodista.
Y todo ello en un ambiente de secretos, traiciones, chantajes y artimañas en el que buscadores de fortuna y politicastros sin escrúpulos medran sin control, ajenos a la inminente quiebra bursátil e inconscientes de la hecatombe bélica que se cierne sobre Europa.
El espejo de nuestras penas
Esta primavera de 1940. Louise Belmont, de treinta años, corre desnuda y recubierta de sangre por el bulevar de Montparnasse.
Para entender la macabra situación que acaba de vivir, esta joven maestra deberá sumergirse en la locura de un momento histórico sin parangón: mientras las tropas alemanas avanzan de forma implacable hacia París y el ejército francés está en plena desbandada, cientos de miles de personas aterrorizadas huyen en busca de un lugar más seguro.
Atrapada en este éxodo sin precedentes, y a merced de las bombas germanas y de los azares del destino, la vida de Louise acabará cruzándose en un campamento del Loira con las de dos soldados desertores de la línea Maginot, un apasionado subteniente fiel a sus principios morales y un histriónico sacerdote capaz de plantar cara al enemigo.