Inspector Monfort
Julio César CanoAsesinato en la plaza de la Farola
Castellón de la Plana. Un vagabundo aparece brutalmente asesinado en el cajero de una oficina bancaria de la céntrica Plaza de la Independencia, conocida popularmente como la Plaza de la Farola.
El inspector Bartolomé Monfort se traslada desde Barcelona para trabajar en el caso, a petición del jefe de la Policía de la capital de La Plana.
Monfort, de padres castellonenses y con un pasado tan triste como turbio, investiga este extraño caso en el que se mezclan la codicia, las drogas, la envidia, la venganza y otras miserias poco aireadas de una pequeña ciudad acomodada de provincias en la que aparentemente nunca pasa nada.
El inspector Bartolomé Monfort echará mano de su poco apego a la vida, para desenmascarar uno de los más extraños casos de asesinato ocurridos en esta apacible ciudad.
Mañana si Dios y el diablo quieren
La tranquila vida de la ciudad de Castellón se ve alterada por un macabro asesinato, el de un hombre cuyo cuerpo aparece brutalmente mutilado en un piso del centro.
Para resolver el caso, el comisario Romales pide ayuda al inspector Bartolomé Monfort, con quien ya colaboró en el pasado, como se narra en Asesinato en la plaza de la Farola.
Juntos reconstruirán la historia de la víctima, el director de una oficina de empleo con fama de mujeriego. El caso se complica cuando hallan un segundo cadáver que no parece tener relación alguna con el primero.
Afortunadamente, el intuitivo y eficaz inspector Monfort no tardará en dar con las pistas necesarias para avanzar en la investigación.
Ojalá estuvieras aquí
El Mercado Central de Castellón es uno de los lugares emblemáticos de la ciudad y el escenario de un crimen.
Un hombre aparece degollado junto al cuarto donde se guardan los enseres de limpieza. Se trata de un empresario, Pedro Casas, que se dedicaba a comprar baratijas en China para luego venderlas en tiendas de bajo coste.
El comisario Romerales vuelve, una vez más, a solicitar los servicios del carismático inspector Monfort, que está viviendo una etapa difícil, pues su madre se debate entre la vida y la muerte en el Hospital de Sant Pau de Barcelona.
En una trama paralela que sucede en el pasado, una joven pareja con una vida complicada, decide abandonarlo todo y huir a un lugar donde nadie les conozca. A él le gusta boxear. A ella le gusta otro tipo de actividades mucho menos recomendables.
La vida de estos dos jóvenes será la clave para la resolución del caso, en el que el inspector Monfort, la agente Silvia Redó, los agentes Terreros y García, y el siempre preocupado comisario Romerales, trabajarán sin tregua.
Flores muertas
En mayo de 2008 el grupo indie Bella – Lugosi realiza un exitoso tour que termina en el nuevo Auditorio de Castellón.
Antes de cantar el último tema, una versión de los Rolling Stones, el vocalista, Joan Boira, se retira un momento al camerino, del que ya no saldrá con vida.
El inspector Bartolomé Monfort apenas ha tenido tiempo de asimilar la muerte de su madre, cuando debe incorporarse a la investigación de la muerte de Boira, cuya causa parece ser una sobredosis por heroína, algo extraño porque no consumía drogas ni bebía alcohol.
Monfort acude al lugar del crimen junto a Silvia Redó, que ha ascendido a subinspectora.
En colaboración con el nuevo agente de la Científica, Robert Calleja, Monfort y Redó investigarán un caso repleto de intriga y giros inesperados.
Incluso la muerte miente
El reencuentro en Castellón de tres amigos que fueron juntos al colegio propiciará que asomen fantasmas que creían sepultados para siempre y secretos que jamás deberían desvelarse.
Ana es tanatoesteticista, «maquilladora de muertos», tal como prefiere denominar su profesión; Rubén vive de rentas, pero ha arruinado su existencia por culpa de los vicios; y Álex ha vuelto de Santiago de Compostela para, supuestamente, poner en marcha un proyecto teatral.
Cuando hallan el cadáver de un hombre en una discoteca del centro de la ciudad, que han incendiado para borrar las huellas del crimen, se disparan todas las alarmas de la policía.
Por otro lado, todos en el equipo del comisario Romerales están muy preocupados por la extraña ausencia del inspector Monfort, que lleva demasiado tiempo sin dar señales de vida.
La soledad del perro
Mientras en noviembre de 2008, el inspector Monfort disfruta de unos días de descanso en Madrid con la magistrada Elvira Figueroa, en el Casino Real de Castellón se inaugura la exposición del famoso cuadro de Goya Perro semihundido.
Cuando el mecenas que ha financiado la exposición, el empresario Carlos Sorli, desaparece, el comisario Romerales le encarga la investigación a Monfort, que tiene la mente puesta en otro delito, el de un conductor kamikaze.
El caso Sorli se complica más aún tras el asesinato del conservador del museo del Prado y con el precario estado de salud en el que ha quedado después de recibir una paliza el agente Robert Calleja, que forma parte del equipo de Monfort junto a Silvia Redó.