Cat Kinsella

Caz Frear
En el punto de mira

Dulces mentiras

Cat Kinsella siempre ha sido el ojito derecho de su padre, hasta el verano de 1998, cuando ve a su padre coqueteando con Maryanne Doyle, una chica de diecisiete años.

Cuando más tarde Maryanne desaparece y su padre niega conocerla, la relación con él cambia para siempre.

Han pasado dieciocho años y ahora Cat es una agente de la Policía Metropolitana de Londres.

Cuando acude al escenario del crimen de un asesinato cometido en King’s Cross, descubre el cuerpo de una mujer, Alice Lapaine, que ha sido estrangulada no muy lejos del pub que ahora regenta su padre.

Cuando las pruebas relacionan a Alice con Maryanne, que aún continúa desaparecida, afloran de nuevo todos los antiguos miedos que Cat tenía respecto de su padre.

¿Es posible que de verdad sea un asesino? Decidida a enfrentarse al pasado, Cat empieza a investigar el caso.

Sangre en las manos

Corazón despiadado

 

La detective Cat Kinsella cree haber esquivado un problema doméstico peliagudo cuando Joseph Madden, el dueño de la cafetería a la que suele ir, le pide consejo sobre Rachel, su esposa.

Según Joseph, Rachel lo está amenazando, pero no puede (o no quiere) decirle a Cat el porqué de estas amenazas.

Cat, achacando estos problemas a los de un matrimonio que se va al garete, se olvida pronto del asunto… hasta que, unos meses después, Joseph es arrestado y acusado de asesinato.

Pero no es a su mujer a quien, presuntamente, ha matado.

La policía ha hallado el cadáver de Naomi Lockhart, una joven ayudante personal, tras una fiesta a la que acudió el matrimonio, y parece que Joseph y Naomi podrían haber sido amantes.

No obstante, ¿son las cosas tan evidentes como parecen?

Sangre en las manos

Prohibido llorar

 

Hace seis años, el famoso asesino en serie Christopher Masters asesinó a cuatro mujeres en la zona suroeste de Londres en el vertiginoso plazo de dos semanas. Fue capturado, pero nunca encontraron a Holly Kemp, su última víctima… hasta ahora.

Cuando se desentierran los restos de Holly en un campo de Camdridgeshire, llaman a la detective Cat Kinsella para un caso que va a ser muy fácil. Pero inmediatamente le surgen preguntas: ¿por qué Holly ha aparecido enterrada tan lejos de las otras víctimas? ¿Y por qué la manera de asesinarla a ella fue distinta?

Ahora que Masters ya ha muerto y que han aparecido pistas nuevas, Cat tiene poco de donde tirar salvo su intuición, que le está diciendo que el verdadero asesino sigue suelto.

Pero si uno hubiera conseguido salir impune de un crimen, ¿qué no haría por dejar que el pasado siga estando donde debe estar?

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